Este fin de semana, Dropbox, el popular servicio de almacenamiento en la nube, decidió aclarar los términos del servicio que habían suscitado bastante polémica sobre la posibilidad de que, bajo mandato judicial, la compañía entregase a las autoridades los archivos almacenados por los usuarios. Dropbox es uno de los servicios de almacenamiento más utilizados por los usuarios y, cuando en el mes de abril, anunció que podría descifrar archivos y entregarlos a las autoridades, un sector importante de los usuarios expresó su malestar o cerró sus cuentas por lo que han reajustado las condiciones del servicio y las han explicado algo mejor para intentar disipar cualquier tipo de duda.

El concepto de almacenamiento en la nube tiene sus luces y sus sombras puesto que, para muchos usuarios, un servicio de almacenamiento es una extensión de su escritorio y, por tanto, consideran que lo que se almacena ahí es de carácter confidencial o, al menos, restringido para un reducido grupo de usuarios a los que damos permiso y con los que decidimos compartir cierta información. Sin embargo, las empresas que ofrecen estos servicios, y más si son gratuitos, consideran que los datos, al estar bajo su gestión, no son tan privados como la gente piensa, ya que están sujetos a ciertas normas que deben cumplirse.

Dropbox, en su aclaración, ha expresado su obligación en el cumplimiento de la legislación vigente en Estados Unidos, por tanto, bajo mandato judicial está obligada a entregar los datos que se le requieran (algo que funciona prácticamente igual en cualquier estado de Derecho). De hecho, ante esto, ha recomendado a los usuarios que aunque Dropbox descifre los archivos, si éstos ya vienen cifrados, Dropbox no los va a descifrar, así que si los usuarios se sienten más tranquilos pueden subirlos así. La compañía deja claro que aunque el propietario de los archivos sea el usuario, cumplirán con los requerimientos que reciban.

Visto así, no es que la situación cambie mucho porque aunque, en el caso de Dropbox se considere que el usuario sigue siendo el dueño de los archivos, cualquier otro cambio en las condiciones del servicio, esas que la gente suele obviar y no leer, podría hacer cambiar las tornas y, llegado el caso, una empresa podría hacer lo que quisiera. No quiero decir que actualmente Dropbox lo haga, no creo que les convenga, simplemente es algo que podría pasar y es un detalle a tener en cuenta porque podríamos acabar renunciando al derecho a la propiedad de nuestros archivos o nuestros datos.

No hace mucho, con Twitpic pasó algo parecido y tuvo que aclarar qué quería expresar en las condiciones de su servicio, también para aplacar el revuelo generado entre sus usuarios, al igual que le ha pasado a Dropbox.

Después de todo, el caso de Dropbox parece que ha quedado medianamente claro y, según las condiciones del servicio, se ceñirán a cumplir la legislación vigente, no parece que por detrás existan oscuros intereses por apropiarse de los datos de los usuarios. Aún así, el usuario debe ser consciente de dónde se mete, es decir, almacenar archivos en la nube implica que un tercero va a gestionar nuestra información y que, por tanto, deberá existir una relación contractual entre ambos (las condiciones del servicio) que debemos leer, revisar y, sobre todo, entender antes de aceptar (para no llevarnos sustos o desengaños posteriores). Cuando dependemos de un tercero, estamos sujetos a las reglas de juego que nos imponga y somos libres de aceptarlas o, llegado el momento, decir basta (sobre todo si las cambian de manera desfavorable).

Con todo esto no quiero decir que esté en contra de Dropbox o del cloud computing, más bien todo lo contrario, creo que es un modelo de gestión con mucho futuro y, sobre todo, sostenible en cuanto a costes y a eficiencia. Pero como todo nuevo modelo, aún está en pleno proceso de consolidación y las compañías poco a poco irán reajustando el alcance de sus servicios hasta llegar a un escenario estable. Con tanto reajuste, el usuario debe aprender a evaluar si un servicio le conviene o no, al entrar en la nube, las cosas se complican un poco más que pulsar sobre el botón "siguiente" y marcar "he leído y acepto las condiciones del servicio".

Cuando hablamos de nuestros datos personales, vale la pena dedicar 5 minutos a leer qué van a hacer con nuestros datos en la nube.

Imagen: Blogger-Index

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