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Muchos de ustedes estarán al tanto con que hoy es 4 de julio, un día de celebración para los Estados Unidos. Para quienes no lo tengan presente, no hayan visto la película de ciencia ficción Independence Day, o no lo sepan, hoy los estadounidenses celebran su independencia. Para ser más preciso: el 4 de julio de 1776, 56 congresistas, entre los que se encontraban famosos nombres como Thomas Jefferson, George Washington, y Benjamin Franklin, se reunieron para aprobar la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos, documento que además sentó las bases para las posteriores independencias a lo largo y a lo ancho de todo el continente americano. A continuación, les ofrezco un par de reflexiones al respecto.

Ante todo, se preguntarán qué tiene que ver todo esto con Apple y con un blog de tecnología. En primera instancia, el lugar común y obvio: Apple es una compañía con base en los Estados Unidos, por lo tanto el día de hoy es una celebración para ellos. Pero, además, sería posible fantasear con el what-if, sería posible decir –y exagerar– que si la independencia de su país no hubiese sucedido, hoy quizá la compañía de la manzana no existiría, o no lo haría del mismo modo. ¿Imaginan un mundo sin el iPhone o sin el iPad? Extendámoslo un poco más: ¿imaginan un mundo sin la posibilidad de tener una computadora personal?

Recordemos que los valores de la Independencia plantean que todos los hombres nacen iguales y que poseen derechos inalienables. Entre ellos, se encuentran la vida, la libertad, y la búsqueda de la felicidad. Esto nos permite pensar que, básicamente, uno es feliz a medida que cumple sus metas y objetivos de vida, y que ello sólo es posible gracias a la libertad. Desde sus inicios, Apple tuvo estos conceptos en mente, si no lo recuerdan o no lo han visto, el siguiente vídeo de Steve Jobs en Stanford da prueba de ello: "stay hungry, stay foolish".

Sin embargo, con el concepto de "independencia" en mente, me gustaría invitarlos a la siguiente reflexión: ¿qué tan independientes de la tecnología somos? Producto de la globalización, hoy en día es prácticamente impensable el desarrollo de un día cotidiano sin el uso de un ordenador, un teléfono celular o un smartphone, o de cualquier otro dispositivo técnico. Tiempo atrás aquí en AppleWeblog publicamos algunas cifras referentes a que las personas revisan las pantallas de sus gadgets incluso antes de levantarse de la cama. En adición, el planeamiento de nuestras vidas y de nuestras actividades sociales están yendo de la mano con la consulta y con el uso de servicios en línea y aplicaciones. La app culture es imparable. Por otro lado, el día de ayer me topé con el siguiente vídeo de John Rettingerde TechnoBuffalo, donde plantea haber cambiado sus dispositivos iOS y Android por un Blackberry para evitar la "adicción" y dependencia tecnológica. Entonces, esta es mi pregunta: ¿somos libres de la tecnología o estamos atada a ella? Los relatos de máquinas gobernando el mundo en la saga de films Terminator ya no parecen historias exclusivas del género de ciencia ficción.

En lo personal, de a momentos me siento un poco como Rettinger: mi vida laboral, académica, y mis proyectos, todos están relacionados, de alguna forma, a microchips y bits, y me cuesta pensar en un presente –y futuro– sin ellos. Mi solución no es tan drástica como limitarle al uso de determinado equipo pero contempla una idea similar: intento que las actividades de mis domingos estén alejados de monitores y pantallas, que sean días de familia, amigos, creación y, por qué no, un buen libro.

Sé que para algunos este post en general contiene temas sensibles. No faltará quienes me acusen de extremista por plantear el aislamiento de la tecnología, o quienes me etiqueten de anti-nacionalista o de imperialista por el simple hecho de dedicarle una publicación a los Estados Unidos (aunque, en realidad, lo tomo como punto de partida para algo más). En mi defensa puedo decir que ante todo soy un ser humano, y la simple idea de la existencia de la libertad, de que hayan personas –y países– que puedan gozar de derechos inalienables, es algo digno de celebrar y contagiar. Y al hablar de "contagiar" no sólo me refiero a este sentimiento sino a la libertad y a la independencia misma. Lamentablemente, hoy en día no todos gozan de los mismos privilegios que nosotros; terriblemente, aún hoy existen casos en donde expresar abiertamente una opinión en un blog o dejar un comentario en un post son sinónimos de persecución y castigo.

Finalmente, retomando la faceta tecnológica, utilicemos inteligentemente las actuales y las nuevas tecnologías y dispositivos técnicos. Intervengamos, hagamos lo posible para que éstos sean usados para la difusión de sentimientos y de máximas que hablen de la libertad, y no para lo contrario: que las innovaciones tecnológicas nos alejen de la censura y de la esclavitud, que los cambios en estas ciencias brinden igualdad de derechos y de acceso a éstas. En adición, que la adquisición de una nueva Mac, de un nuevo iPhone o iPad vaya de la mano con el –sano– logro de metas personales, con el cumplimiento de nuestros derechos, y con la instrucción. De nada sirve que un político en campaña reparta ordenadores por las escuelas si no hay nadie capacitado para enseñarle a los niños, de nada sirve adquirir un equipo que permita ver vídeo en alta definición si aún hoy nuestros líderes siguen tratando a la tecnología con modelos y miradas de principios del siglo 20 o anteriores. En una relación muy estrecha con esto, la filosofía de la Independencia dice: los gobiernos pueden gobernar sólo con el consentimiento de los gobernados.

Seamos inteligentes, sanos, y estratégicos. Seamos libres. Feliz día de la independencia para todos los lectores de Estados Unidos y, por qué no, para aquellos en otros rincones del mundo.

Imágenes vía: Photobucket y La Tercera

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