Saints Row IV: Re-Elected

Saints Row IV es la más reciente entrega de la saga de oro de Volition, que luego de poco más de un año regresa en esta ola de "remasterizaciones" en la actual generación de consolas, PlayStation 4 y Xbox One. Con el nombre de "Re-Elected" y acompañada de una expansión llamada "Gat Out of Hell", traen de vuelta todas las locuras y la historia absurda de los Saints y Steelport, en uno de los sandbox más divertidos que he jugado jamás. Este es mi análisis de Saints Row IV: Re-Elected y Saints Row: Gat Out of Hell.

De "El Jefe" a "El Presidente"

Durante la última década hemos viste el auge de los juegos de mundo abierto; pareciera que todos los estudios más grandes quieren hacer su propio sandbox, y que en la industria de los videojuegos se está creyendo, de forma errada, que "más grande es mejor". Sí, se podría decir que todo esto comenzó con Rockstar y sus GTA (aunque esto es falso, hay muchos juegos de mundo abierto en el pasado), pero sea como sea, sea cual sea su inicio, desde The Legend of Zelda: Ocarina of Time hasta The Elder Scrolls V: Skyrim, hay cada vez más juegos que nos quieren ofrecer un mapa enorme para recorrer y explorar.

De nuevo, normalmente el referente en la materia es Grand Theft Auto, y los juegos de tipo sandbox que se desarrollan en una ciudad suelen ser considerados, injustamente, "clones de GTA". Saints Row es uno de estos casos.

Pero lo que realmente identifica a la saga creada por Volition es la locura tanto en la historia de sus juegos como en la jugabilidad de los mismos. Sí, locura, pura y cruda locura. Nada de sentido, tramas absurdas y personajes aún más raros que nada. Saints Row IV llegó a mediados del año 2013 como el sucesor de un bizarro pero espectacular Saints Row The Third. ¿Cumplió las expectativas?

Sí. Saints Row IV no es ningún "refrito" de GTA, porque los Saints Row van a su propio ritmo, tienen su propio hilo argumental que se resume en una sola cosa: metan todas las tramas que se les ocurra en una licuadora, y lo que salga de allí es el resultado. Saints Row IV es un juego hilarante, extremadamente divertido que te mantendrá una sonrisa fija en tu rostro, y créanme, no es fácil hacer un buen videojuego basado en la comedia y el humor negro, sin parecer vulgar, grosero o caer en lo ridículo, bueno, al menos en un tipo de ridículo que no sea gracioso.

La historia de Saints Row 4 comienza cuando nuestro protagonista, "El Jefe", salva la humanidad de un ataque terrorista con un misil nuclear. En menos de 5 minutos de iniciado el juego ya estamos luchando con una horda de terroristas y somos disparados al cielo para desactivar el misil mientras va en camino a su objetivo y, de nuevo, salvar al mundo.

Inmediatamente daremos un salto en el tiempo y veremos que el que hasta ahora era conocido como "El Jefe", será "El Presidente". Por tu odisea serás elegido presidente de los Estados Unidos para dirigir la nación a base de tus instintos y poder desde golpear periodistas molestos hasta incluso firmar papeles en los que eliges si erradicar el hambre del mundo o curar el cáncer. Todo lo que un presidente hace en su día a día, vamos.

Pero la felicidad plena de tu gobierno en la Casa Blanca no durará ni 2 minutos, porque luego comenzará una invasión extraterrestre. El imperio galáctico "Zin" y su emperador Zinyak llegan a la Tierra para conquistarla, y aquí comienza tu nueva aventura.

Todo esto sucede en unos quince minutos, llenos de muchas carcajadas, verdaderas carcajadas. Estamos ante un juego que no para, que es incluso más absurdo y alocado que sus antecesores, y eso es lo que lo hace tan dinámico y divertido.

Bienvenido a la Dominatrix

Saints Row 4: Re-Elected está lleno de referencias culturales a la cultura pop, desde canciones populares y emotivas de Aerosmith a, por supuesto, referencias a películas y videojuegos del pasado. De hecho, su historia y jugabilidad se basa en gran parte a The Matrix, dado que luego de que la Tierra es conquistada por los Zin, a los humanos residentes se les introduce en una especie de mundo de realidad virtual idéntico a la ciudad de Steelport de siempre, pero con la gran diferencia que podemos violar las leyes de la física a nuestro antojo.

El Presidente es el Neo de esta Matrix, la Matrix de los Zin. Y en esto se basa lo más divertido de Saints Row IV: tendrás superpoderes.

Puede que al principio del juego todo parezca "normal" (aunque esta palabra no tiene cabida en Saints Row IV), dado que dispararás y lucharás usando armas, y manejarás vehículos, como cualquier sandbox de este tipo. Pero luego de avanzar un poco en la historia, comenzarás a adquirir superpoderes que harán al juego otra cosa, lo llevarán a un nivel de diversión más allá que el típico juego de mundo abierto.

Si me atrevo a compararlo con otro juego, estaríamos ante un hijo bastardo entre Prototype, inFAMOUS y claro, GTA. Una vez que obtienes súper-velocidad al correr y súper-saltos, entre otros, será inútil robar vehículos y conducirlos, a menos que una misión te lo pida. Por un lado eso es un desperdicio dado que hay muchos vehículos que lucen genial, por otro, no hay nada más divertido que correr y saltar sobre edificios en una oscura ciudad llena de luces de neón que me recuerda mucho al ambiente que lograron en Far Cry 3: Blood Dragon.

Las misiones son la otra joya de la corona de Saints Row IV. Por un lado, tenemos las desquiciadas misiones de la campaña que están llenas de locura, luchas contra alienígenas y muchos, muchísimos guiños a otros juegos y películas de culto para geeks. Encontraremos desde niveles que recuerdan a Metal Gear Solid hasta otros que son una viva imitación de Streets of Rage.

En el caso de las misiones secundarias, existen desde carreras de velocidad hasta liberar torres del imperio Zin eliminando un sinfín de enemigos alienígenas usando tus súper-poderes y gran variedad de armas (incluyendo un arsenal alien que es bastante divertido de usar, y un arma que dispara al ritmo del dubstep). Estas misiones se pueden hacer en solitario o en cooperativo, lo cual es aún más divertido, vivir el sinsentido de este juego en compañía de un amigo.

Saints Row IV: Gat Out of Hell

Saints Row IV: Re-Elected no solo incluye todo el contenido que se lanzó para el juego como DLC (incluyendo su divertida expansión "Enter the dominatrix") sino que también incluye una nueva expansión llamada Saints Row: Gat Out of Hell, incluida con la compra de Re-Elected, pero que también se puede adquirir como expansión única, sin necesitar el juego base.

En esta, Volition expande su locura hasta nuevos niveles. Si creíamos que convertirnos en el presidente de los Estados Unidos para luego defender a la Tierra de una invasión alienígena dentro de "una Matrix" era mucho, Gat Out of Hell nos lleva directo a luchar con Satanás en sus dominios.

En una nueva historia desquiciada, todo comienza con la fiesta de cumpleaños de Kinzie en medio de la línea temporal de Saints Row IV, en uno de los descansos que pasamos en la nave de lo Saints. Mientras jugamos a la Ouija en la fiesta de pijamas (¿?) el Presidente es secuestrado por Satanás y llevado directo al infierno. ¿Quién deberá rescatarlo? Pues nada menos que el mítico Johnny Gat, en compañía de Kinzie.

Esta expansión nos ofrece entre 6 y 10 horas de más contenido, en una versión "infernal" de Steelport que se nos hará mucho más variada y diferente a la ciudad de The Third en comparación incluso con la versión de Saints Row IV, aunque lamentablemente se queda corta en cuanto a variedad de misiones y en una historia sólida.

Lo cual no quiere decir que no sea divertido. En Gat Out of Hell podremos utilizar a Johnny Gat y a Kinzie (en solitario o en cooperativo) para recorrer la ciudad de la mano de nuestros súper-poderes, mientras hacemos cabrear a Satán con la misión de derrotarlo, y salvar a nuestro querido Presidente.

Los poderes siguen siendo el gran añadido en este juego,incluso en su expansión. Eso sí, esta vez Gat y Kinzie tienen poderes bastante diferentes a los de Saints Row IV. Aquí, más allá de correr muy rápido y poder realizar súper-saltos, podemos volar gracias a unas alas demoníacas que nos son concedidas por un viejo personaje de la saga. Sí, seguimos arrojando bolas de fuego, pero también contamos con poderes y armas basados en los siete pecados capitales, entre otros divertidos guiños.

En resumen, Saints Row: Gat Out of Hell será muy divertido para los fanáticos de la saga y quienes disfrutaron el IV, con una historia que te producirá buenas risas y nuevos poderes para gozar, pero en general, no supone un gran añadido a la saga, mucho menos para quienes esperamos una nueva entrega completa en la actual generación de consolas que nos sorprenda de nuevo.

Conclusión

Saints Row IV: Re-Elected es una nueva remasterización en la que parece ser la era de las remasterizaciones. De nuevo, esto se debe a que llegó en la recta final de la generación de consolas pasada y quiere ofrecer esta divertidísima experiencia a quienes no disfrutaron de ella en PS3 y Xbox 360, junto a algunas novedades como Gat Out of Hell.

Eso sí, a diferencia de otros "remastered" como The Last of Us o Sleeping Dogs, Saints Row IV: Re-Elected no cuenta con un gran salto en cuanto a calidad gráfica en comparación con su versión anterior. Sí, las luces se ven mejor y los personajes de cerca también, pero el mundo en general aún se ve muy "last-gen" y poco "next-gen".

Por esto mismo, no ofrece una nueva experiencia que valga la pena volver a jugar para quienes ya disfrutaron el título en las viejas consolas. Pero si eres de esos que no ha disfrutado de este juego y sueles disfrutar de la buena comedia con tonos absurdos y los juegos de tipo sandbox, es un gran título que no deberías dejar de probar.

Y es que no todos los días se nos presenta la oportunidad de ser el presidente de los Estados Unidos que lucha contra un emperador alienígena, no solo con los puños sino también en peleas de canto y con armas que van desde sillones que disparan balas hasta consoladores gigantes de goma para golpear a tus enemigos, todo esto al ritmo de una movida música electrónica y con una enorme máscara de gato.

Es tan absurdo que se me hizo imposible para de reír, y eso se agradece.