El Nissan Leaf es el vehículo eléctrico más vendido en todo el mundo, sus 83.000 unidades confirman que hay una gran parte de la población que se interesa por este tipo de movilidad. Si bien las estimaciones de la compañía eran algo más optimistas, hay que reconocer su esfuerzo por tratar de ser pioneros en un mundo que no está preparado para este tipo de transporte.

Y por eso quisimos tener un Nissan Leaf durante 8 días, porque las pruebas anteriores siempre nos habían sabido a poco. De hecho, hicimos algo más arriesgado: probarlo dependiendo totalmente de la infraestructura pública. Una odisea complicada de gestionar.

Además, el Nissan Leaf que probamos era el modelo de lanzamiento, que tiene algo menos de autonomía que la variante 2013 presentada en Oslo y que pudimos probar durante dos días. El objetivo de querer el modelo anterior es muy simple: iba a evaluar a fondo sus ventajas, limitaciones, tecnología y la aplicación Carwings.

Probar un Nissan Leaf siempre es una experiencia diferente, peculiar y probablemente haga cambiar tu visión de lo que debería ser un coche, de lo que debería ser la movilidad del futuro. En definitiva, del camino que debe tomar una industria para adaptarse a las necesidades de las ciudades.

En muy poco tiempo circular por el centro urbano de las grandes ciudades sólo podrá realizarse en vehículos de bajas emisiones, como los eléctricos. Con el Nissan Leaf solucionamos este problema y otro: el precio del combustible. Seguir ligado al petróleo puede suponer un problema en unos años, aunque el precio de la electricidad está haciendo verdaderos estragos... Pese a eso, sigue siendo más barata, mucho más barata y si hacemos muchos kilómetros al año, un coche eléctrico puede ser rentable, por pagar menos impuestos, el menor coste de la carga de las baterías frente a la gasolina y por tener un mantenimiento más barato.

Hay ventajas e inconvenientes a la hora de comprar un coche eléctrico, la incertidumbre emociona, el miedo ordena y la cartera manda, por eso cada persona debe evaluar a fondo su compra, y este es el motivo de la prueba, hacer más fácil la decisión de comprar o no.Nissan Leaf

Una estética arriesgada pero pionera

Lo más importante de un coche eléctrico es que no debe diferenciarse de uno convencional alimentado por el negro petróleo. Ser diferente puede ser cool pero que cada vez que circules sepan que lo eres, a veces no es muy agradable. En este campo el Nissan Leaf es muy arriesgado jugando el papel de una estética totalmente condicionada por la aerodinámica para minimizar el empleo de energía. Es así y lo es para ser eficiente. Cuando se presentó hace unos cuantos años era muy raro verlo, ahora nos hemos acostumbrado a él y no parece tan diferente con respecto a un coche convencional, de hecho, a mi está comenzando a gustarme exteriormente.

Nissan Leaf

Sus señas de identidad son: unos faros que sobresalen de la carrocería (similar al Nissan Juke), un frontal muy afilado presidido por la tapa de la boca de carga de las baterías y una línea lateral convencional anticipando una zona posterior diferente con unos faros posteriores que se caen por el portón siguiendo la línea del paragolpes. En este espacio trasero destaca el alerón con la placa solar, la cerradura que incorpora la cámara de visión y el difusor.

Las pegatinas identificativas de su condición eléctrica no ayudaban a pasar algo desapercibido y es habitual recibir un buen número de miradas en casi cualquier circunstancia, ya sea en autovía o por ciudad. El Nissan Leaf llama la atención, llama mucho la atención, pero no sólo por su estética, sino por el concepto 100% eléctrico.

El interior, un espacio futurista y muy tecnológico

Nissan Leaf

En un vehículo eléctrico se mantiene un volante (redondo), asientos, consola central... es decir, a nivel conceptual no cambia absolutamente nada con respecto a un coche clásico, actual. Tan sólo destaca la ausencia de un cuadro de instrumentación habitual, ahora estamos ante una pantalla TFT, y la caja de cambios automática de formas peculiares pero muy, muy ergonómica.

Hay algunos botones que no veremos en otro tipo de vehículos y que en el Nissan Leaf están situados a la izquierda del volante. El primero es el conmutador de desconexión del sonido a baja velocidad (un pitido para advertir de nuestra presencia a los peatones), el botón para desconectar el temporizador de la carga de las baterías y un interruptor que se emplea para abrir la tapa de la boca de carga, que es azul.

Si damos un vistazo a la pantalla situada en el lugar que ocupa el cuadro de instrumentos en cualquier otro tipo de vehículo llama la atención los nuevos indicadores. A la izquierda se sitúa el indicador de temperatura de la batería y a la derecha, la capacidad restante y la autonomía. En la zona superior podemos ver el indicador de carga del acelerador, cuanto más a la izquierda se encuentre más eficientes seremos. Y en el centro, los responsables han situado el ordenador de abordo, pero con un cambio: el consumo instantáneo no se mide en litros/kilómetros sino en kWh/km, una medida a la que habrá que ir acostumbrándose. Como defecto tengo que mencionar que si el sol incide con cierto ángulo la visibilidad de la pantalla se reduce notablemente.

Nissan Leaf

Aprovechando la visita en este espacio cabe mencionar que es amplio, casi como una berlina grande. Los asientos son muy cómodos aunque pecan de no tener casi apoyo lateral. Los plásticos tienen, en general buen tacto, aunque hay algunos que penalizan esta sensación, sobre todo en la palanca de cambios, que al ser glossy hará que se marquen las huellas con mucha facilidad.

El uso de un color claro, beige, para su decoración hace que la sensación de amplitud sea muy elevada. De hecho, en el modelo 2010, el que hemos probado, sólo está disponible con esta configuración, en el modelo 2013 podremos escoger por un acabado en negro, mucho más sufrido y, a mi gusto, elegante.

Nissan Leaf

Las plazas traseras son muy amplias y podrían viajar tres adultos con total comodidad. Hay que recordar, que si bien estamos ante un compacto, por dimensiones interiores podríamos hablar de una berlina pequeña.

Después de analizar el exterior y el interior vamos a centrarnos en lo que verdaderamente distingue al Nissan Leaf de cualquier vehículo: la conducción, la tarea de carga de las baterías y el sistema CarWings. Tres aspectos que vamos a desgranar a fondo.

Conducir un Nissan Leaf hará que odies los motores de combustión

Nissan Leaf

Esta sentencia la puedo decir tras haber probado no uno, sino 3 Nissan Leaf y la sensación, no sólo la mía sino la de los que se han montado, es la misma: parece que vayas en la mejor berlina porque no vibra nada, no suena nada y se siente un lujo conducir así. Por desgracia, esto no lo puedes notar hasta que no lo has llevado durante suficiente tiempo para acostumbrarte a ello, el paso a un modelo de combustión es traumático.

Arrancar y no escuchar nada, tener que comprobar que el coche funciona y se mueve para estar seguros de que lo hemos encendido bien. Después de esto, y de accionar la palanca en posición D (el modelo 2010 no tiene el modo B de retención que estrenó el 2013) con un movimiento muy suave hacia abajo podremos iniciar la marcha. Con una carga completa de sus baterías podremos circular 175 kilómetros según la marca, aunque dependerá, y mucho, de las condiciones del tráfico, la orografía y sobre todo, de nuestro pie derecho y capacidad de conducción eficiente.

Tener toda la fuerza desde el primer momento: 254 Nm desde que rozas el acelerador es sensacional, no faltará fuerza en ningún momento, de hecho, hay que dosificarla con moderación porque es adictivo y la autonomía se resiente en exceso.

Pruebas de autonomía, realidad vs. ficha técnica

Nissan Leaf

Una de las pruebas a las que sometí al Nissan Leaf era de autonomía, saber hasta donde podía llegar con la carga completa de sus baterías. Tras recogerlo en el concesionario con la carga al 100% pude hacer 121 kilómetros hasta casi agotar su capacidad. Las autovías perjudican mucho a este aspecto y la propia medición de la autonomía restante es algo que da miedo. Entrar en una carretera con 150 kilómetros disponibles y, tras 21 restaban 72 kilómetros. A 3 kilómetros de mi desvío el odómetro indicaba que me quedaban 28 de autonomía pero en el momento en el que pisé la ciudad y recorrí un pequeño tramo este dato subió hasta los 112 kilómetros. El motivo es que el Nissan Leaf, y cualquier modelo eléctrico, **sufre mucho a velocidades de 120 km/h constantes, las baterías se descargan muy rápido.

En un segundo intento buscando alcanzar esos 175 kilómetros de los que hace gala la marca decidí ir de ciudad en ciudad por carreteras secundarias, despacio, practicando una conducción muy eficiente, sin aire acondicionado (en pleno verano) y casi con la pantalla del navegador apagada y el bluetooth (por si me restaba autonomía). El resultado fueron 181 kilómetros, sufriendo, sin disfrutar, pero con el objetivo conseguido de demostrar que es posible aunque pocas veces aconsejable.

El resumen es que hay que saber qué uso vamos a darle a un modelo que es limitado por el concepto que tenemos de libertad a la hora de conducir pero que está perfectamente adaptado para ir a trabajar y poco más. De hecho, haciendo pruebas de tipos de recorridos útiles, el máximo sería de hacer unos 40 kilómetros de autovía, unos 10 por ciudad y volver. Con eso se cubre un gran radio de desplazamiento. Si tomamos como centro de trabajo la plaza de Sol significa que podemos vivir en Alpedrete, Illescas o Arganda del Rey, por ejemplo.

Es natural tener miedo** al hecho de poder hacer 175 kilómetros y tener que esperar 8 horas para poder volver a hacerlos, pero si haces un análisis de tu recorrido habitual, casi seguro no tendrás ningún problema. Es cierto que cualquier desvío en la planificación puede ocasionarte un problema: ir al supermercado, al médico, una emergencia... Y ese es el verdadero temor de muchos interesados.

CarWings, el punto diferenciador del Nissan Leaf

Nissan Leaf

En un coche tecnológico como el Nissan Leaf no podía faltar un plus en materia de aplicación. Carwings es la manera con la que podremos gestionar remotamente algunas funciones del vehículo.

Desde ella, podemos **programar al calefacción/aire acondicionado y controlar el estado de la carga del Leaf, entre otras funciones. Quizá suene poco útil pero en un vehículo de estas características es muy importante ya que llegar y que el habitáculo esté a una temperatura óptima es de agradecer. Algo que podríamos hacer en todos los coches. Imagínate un día soleado de verano en el que llegues y el interior del coche esté mínimamente climatizado.

Además, podemos programar la carga del coche y vigilar su estado**. Si tenemos una tarifa energética con discriminación horaria seremos capaces de programar el coche para que comience a cargarse a partir de esa hora. O, por ejemplo, saber si se ha interrumpido la carga y que al día siguiente no tengamos un problema al no tener suficiente batería.

Nissan Leaf

Y como extra, entraremos en una especie de competición por saber quien es el conductor más eficiente. Un tipo de indicador de tu eficiencia a la hora de conducir. Recuerda, tienes, en el propio coche, un medidor de ecología en forma de árbol en el cuadro de instrumentos, cuantos más árboles tengas más CO2 estás ahorrando al medio ambiente.

El verdadero problema del coche eléctrico: la deficitaria red de estaciones de recarga pública

Nissan Leaf

Si hay un motivo para no comprar un coche eléctrico es que no hay puntos de recarga públicos que funcionen bien. Una gran parte de ellos están averiados, un buen número se encuentran destruidos por vandalismo y el resto de plazas suelen estar ocupadas por vehículos convencionales. Cargar el Nissan Leaf, o cualquier otro coche eléctrico, en la calle es una tarea imposible. Además, el tiempo de carga está limitado a 3 horas, algo ridículo puesto que se tarda en cargar 8 horas la batería por completo. La administración parece no querer al coche eléctrico cuando va a obligar a usarlos para acceder al centro de las grandes urbes dentro de muy pocos años.

Durante estos 8 días tan sólo pude cargar una vez al Nissan Leaf en la calle. Fue en un centro comercial a las afueras de Madrid aunque para ello tuve que ir al departamento de seguridad del mismo para que me lo autorizasen. 21 intentos de cargar el coche en la calle y tan sólo 1 fructífero. Otro cantar es dentro de aparcamientos subterráneos, que por su localización suelen estar en buen estado, pero en la calle olvídate de cargarlo.

Nissan Leaf

Quise hacer la prueba de realizar una carga rápida en uno de los puntos que Nissan tiene preparados dentro de su red de concesionarios. Una tarea que es gratuita. Con la carga rápida se puede rellenar hasta el 80% de la capacidad de la batería del Nissan Leaf en 30 minutos. Para ello, hay que acudir a un concesionario habilitado, avisar al encargado (sino está el no se puede hacer la carga porque la tarjeta necesaria solo la tiene una persona) y esperar 30 minutos en la recepción leyendo una revista.

Es por tanto, que Nissan recomienda tener un punto de carga en casa, eso significa que tienes que tener, o bien una plaza de garaje o un chalé. Si tienes un punto de recarga en casa y tu desplazamiento diario está dentro de los márgenes de seguridad, debes plantearte muy seriamente comprarte un coche eléctrico y para ello, el mejor es un Nissan Leaf.

Conclusión

El Nissan Leaf no es el coche eléctrico que va a solucionar todos los problemas de movilidad. No es su objetivo. Pero sí que es el mejor vehículo eléctrico de todos los que hay en el mercado. Cumple, de sobra, con las expectativas, te permitirá ir a trabajar sin gastar un euro en gasolina a cambio de una recarga cada día o dos, en función del uso.

Es cuestión de acostumbrarse, pero tener un vehículo de estas características para ir a trabajar y luego uno para viajar hará que el ahorro familiar sea muy interesante, siempre y cuando no suban tanto el recibo de la luz.

El único pero, es que se pierde una gran parte de la libertad de tener un coche propio. Decidir en el momento donde quieres ir conviene pensarlo dos veces. Hay que planificar muy bien los trayectos para evitar quedarnos sin autonomía. Al principio cuesta acostumbrarse, no es fácil, pero tras unos días con él no supone mayor problema.

Pros

  • Tecnología Ahorro en gasolina Calidad de rodadura Ecológico * Aparcamiento gratuito en muchas ciudades españolas

Contras

  • Precio Autonomía * Solo cumple el papel de segundo coche

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: