Un libro imprescindible para entender la historia del narcotráfico en España. El periodista Nacho Carretero repasa los personajes, las tramas y los clanes relacionados con el negocio de la cocaína en Galicia, que convirtió a las Rías Baixas en la puerta de entrada de esta droga en Europa."Dejadnos vivir" era el nombre del equipo de fútbol que ganó el torneo de Vilanova de Arousa en 1982. De aquellos diez chavales, hoy solo quedan tres. Uno de ellos es Manuel Fernández Padín, que trabajó para el clan de los Charlines y fue un testigo clave en la Operación Nécora. La suerte de los jóvenes retrata el devenir de una generación perdida. La misma que sucumbió ante la marea blanca de la cocaína, farlopa, perico, merca, coca o, simplemente, fariña.

Nacho Carretero (A Coruña, 1981) regresa a su Galicia natal para contar la historia y las indiscreciones del narcotráfico que regó la ría de Arousa de dinero, corrupción y muerte. El periodista repasa el camino que siguió el contrabando hasta convertir a los clanes gallegos en los cómplices de los carteles colombianos para exportar droga a Europa. Desde las prácticas del estraperlo con medicamentos, armas o alimentos después de la Guerra Civil, el sur de la región convirtió a raia seca, la frontera difusa que separa a Portugal de Galicia, en territorio de nadie. Tampoco de las fuerzas de seguridad ni de las autoridades judiciales.

Algo similar ocurrió con a raia mollada, la zona de la desembocadura del río Miño que también fue empleada por el contrabando de medicamentos, alimentos y armas. Solo que en aquella zona de la España franquista, los productos de estraperlo llegaban a través del mar, mediante el uso de lanchas y redes de transporte terrestre que tejieron los primeros contrabandistas. "Fue el embrión del narcotráfico en Galicia", afirma Carretero. Uno de los aciertos de Fariña (Libros del K.O., Madrid, 2015) es, precisamente, que logra volver la vista atrás hacia los orígenes del mercadeo de la droga.

Hubo un tiempo en el que los clanes gallegos contaron con la complicidad social, policial y política para engordar sus ingresos a costa de una sociedad que también miró para otro lado

El periodista traza la cronología del narcotráfico de forma brillante, explicando cómo es posible que una sociedad llegue a aceptar como normal las prácticas del contrabando de tabaco primero, y de la cocaína después. En la lógica que rodea a la farlopa, también se hallan los ingredientes que vician a una población marcada por el tráfico de la droga en la década de los ochenta y noventa. "Los contrabandistas son la gente más honrada que existe", llegó a decir Manuel Díaz, que fuera alcalde de A Guardia. Le apodaban "Ligero" por lo rápido que corría delante de la Guardia Civil cuando hacía contrabando con Portugal. Él era uno de ellos. Igual que Marcial Dorado, Sito Miñanco, Manuel Charlín y Laureano Oubiña.

FariñaFariña es un libro imprescindible para entender las redes que tejió el narcotráfico gallego con el fin de abrir las puertas de Europa a la cocaínaLos principales narcos de los clanes gallegos trabajaban con total impunidad, amparados por el silencio de muchos vecinos, policías y políticos que durante mucho tiempo miraron para otro lado. Carretero desgrana de forma exhaustiva las relaciones entre los diferentes grupos de familias, a veces unidos, otras enfrentados. Las descargas de tabaco primero y luego de fariña -harina, nombre popular en gallego con el que se bautizó a la cocaína- contaron con el apoyo cómplice de una buena parte de la sociedad de la ría de Arousa. En ese contexto se riega la semilla perfecta para que la droga germine. Niños que quieren ser contrabandistas de mayores, mujeres de narcos que se quejan de los yonkis, políticos que impunemente se aprovechan del dinero de la coca para conseguir apoyos, policías que dan chivatazos. Eso fue lo que ocurrió en Galicia hasta hace no tanto.

El periodista no solo repasa de manera minuciosa las redes del narcotráfico. También revela el papel fundamental que tuvieron las "madres coraje" de los jóvenes sumidos en el infierno de la droga. Organizaciones como la asociación Érguete (Levántate, en castellano), con Carmen Avendaño a la cabeza, fueron clave para despertar la conciencia de la clase política y de la sociedad. Sus concentraciones a la puerta del Pazo de Baión, propiedad por aquel entonces de Oubiña, fue la señal de que en Galicia pasaba algo. Algo contra lo que había que luchar. "Cuatro valientes, si acaso, cuatro inconscientes, levantaron la voz contra las organizaciones que engordaban sin obstáculo en la Galicia de la segunda mitad de los 80", narra Carretero.

Organizaciones sociales como Érguete fueron clave para luchar contra los narcos que sumieron a miles de jóvenes en el infierno

Aquellas protestas germinaron en las primeras redadas contra el narcotráfico gallego. La Operación Nécora, dirigida por el juez Baltasar Garzón y el fiscal Javier Zaragoza, fue la primera de muchas operaciones contra los clanes de la fariña. En el libro, Carretero explica de forma clarividente cómo la presión social consiguió reformas políticas muy importantes en la lucha contra la droga. Entre otras, la reforma contra la ley del blanqueo de capitales de 1988, en la que se tipificó por primera vez el de los bienes procedentes del narcotráfico. Fue de este modo como Hacienda se convirtió en el azote de los capos. Y uno a uno, fueron cayendo.

Terminar con la complicidad social o blindar la legislación contra la droga y la evasión fiscal fueron claves, según Carretero, para que Galicia no se convirtiera en Sicilia. Pocos fueron los que alzaron la voz en aquella ría de Arousa del silencio. Pero el alarmismo que cuajó en España sobre la situación del narcotráfico en los ochenta y los noventa, especialmente por la generación perdida, provocó también una espiral de olvido informativo a día de hoy. Los históricos cayeron, pero la cocaína sigue entrando. Si antes se miraba para otro lado con la droga, dice el periodista, ahora se mira para otro lado con los narcos. Es la conclusión de un libro que va ya por la cuarta edición, una crónica que cae en el lector como un jarro de agua fría. Brillante y duro a partes iguales, la obra de Nacho Carretero es tan necesaria como imprescindible.

Conclusión

El libro de Nacho Carretero es una de esas lecturas fundamentales para comprender nuestra historia reciente. Su crónica no es solo un relato minucioso y exhaustivo sobre el narcotráfico en Galicia. El periodista también logra llamar la atención sobre la presión que ejercieron los movimientos sociales en la lucha política y judicial contra los clanes gallegos. Y, por último, el corolario de Fariña es un bofetón imprescindible para alertar que las redes que mercadean con la cocaína siguen ahí. Un repaso detallado que, a pesar de los innumerables datos, no abruma en ningún momento.

Pros

  • Trabajo exhaustivo y minucioso sobre el narcotráfico gallego.
  • Repaso fundamental de la historia del contrabando, que nos ayuda a entender cómo hemos llegado hasta aquí.
  • Fariña se lee del tirón gracias al estilo que le imprime Carretero a su obra.

Contras

  • No es un problema achacable al trabajo del periodista gallego. Pero la crónica que relata, sin llegar a la sordidez siciliana, se torna muy oscura por momentos. El lector debe estar preparado ante un bofetón de la realidad social más dura de nuestro país en su historia reciente.

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