Fin del culebrón. Casi dos meses después de se pusiera en conocimiento que Estados Unidos había prohibido a ZTE realizar tratos comerciales con empresas norteamericanas durante los próximos siete años, la compañía china y el Gobierno estadounidense han llegado a un acuerdo para levantar una prohibición que amenazaba de manera seria con pulverizar el porvenir de los asiáticos.

ZTE hace uso en sus productos actuales entre un 25 y un 30 por ciento de componentes provienen de empresas afincadas en Estados Unidos, habiendo provocado la prohibición de comerciar con ellas la paralización de buena parte de sus operaciones en las últimas semanas. El origen de todo esto se encuentra en unas pautas impuestas a la compañía –como despedir a ciertos empleados– por el Gobierno de Estados Unidos para poder seguir funcionando después de que esta hubiera incumplido sanciones de exportación de bienes a Irán. Dichas pautas no fueron cumplidas y, al descubierto, derivó en la situación que ha hecho que las cuerdas de los tratos comerciales entre Norteamérica y China se tensen todavía más.

1.000 millones de multa

Wilbur Ross, Secretario de Comercio de Estados Unidos, ha comunicado este jueves la decisión, que no llega sin consecuencias para ZTE. La empresa tendrá que abonar, en un plazo no superior a 30 días, la cantidad de 1.000 millones de dólares para poder restablecer las operaciones y poner otros $400 millones en fideicomiso por aquellos incumplimientos que puedan darse en el futuro. Además, deberá cambiar los puestos directivos de la empresa. Por descontado, el Gobierno se guarda el derecho de volver a prohibir el comercio entre las empresas del país y la compañía si se vuelve a dar un episodio como el acontecido.

"Creemos que este acuerdo, que ha llevado a la compañía, una compañía de 17.000 millones de dólares [de valoración], a arrodillarse, más o menos a ponerlos llevarlos del negocio... debería servir como un fuerte elemento de disuasión no solo para ellos, sino también para otras posibles malas empresas·, ha dicho Ross esta mañana a la CNBC

Este es un acuerdo bastante estricto. La multa de pago más estricta y más grande que jamás haya sido presentada por el Departamento de Comercio contra cualquier infractor de los controles de exportación.

El trato, a pesar de todo, es una buena noticia para una ZTE que puede respirar aliviada ante un futuro que había adquirido ya tintes catastróficos. China, por su parte, ya prepara una millonaria inversión para desarrollar la industria de procesadores local y desligarse de empresas como Qualcomm en vistas a futuras sanciones comerciales.

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