Instagram ha dado el pistoletazo de salida a su alternativa a Snapchat, totalmente integrada, con la que retener a esos usuarios que se habían desplazado al servicio de mensajería efímera y a la vez, contrarrestar parte de la sangría provocada por el cambio en la cronología del timeline. Integrar la parte más popular de Snapchat dentro de Instagram permite, además, aumentar el tiempo que los usuarios pasan en la aplicación, al mismo tiempo que generan más contenidos para sus seguidores.

No obstante, al rey lo que es del rey. Puede que a Snapchat le podamos echar en cara que no haya sabido integrar sus funciones de forma más sencilla, o que no haya puesto un especial interés en ir más allá del público millenial, que es con el que ha ganado atracción, pero lo que no podemos en ningún caso es, pase lo que pase en el futuro respecto a la nueva pugna de Instagram v Snapchat, es quitarle mérito al cambio que ha generado en el vídeo móvil este último.

Antes de la llegada de Snapchat, y por encima de las prácticas en los servicios de mensajería, había un cierto, llamémoslo, desencanto con el vídeo vertical. El grueso de los usuarios, incluso cuando recibía un vídeo móvil a través de un servicio de mensajería, mostraba cierto descontento hacía el video vertical, y por extension, los anunciantes que generaban ingresos en esos servicios y aplicaciones tampoco se mostraban muy contento respecto al mismo.

Pero Snapchat redefinió el concepto. Empezó, por inanición de otras alternativas a forzar el uso del vídeo vertical en la comunicación peer-to-peer como ninguna otra plataforma ha conseguido, y lo hizo con suficiente profundidad como para forzar a marcas y anunciantes a adoptar el vídeo vertical. En pocas palabras, allanó el camino para que Instagram lo tenga todo hecho a día de hoy. Y la compañía presumía de ello.

A mediados de 2015, un representante de Snapchat daba una entrevista sobre el vídeo en vertical y sus posibilidades para medios y anunciantes tras el relativo boom inicial de Periscope y Meerkat. En Snapchat ya confiaban que su apuesta por el vídeo 100% vertical (aunque los usuarios puedan grabar en horizontal), iba a suponer un cambio de paradigma. Para Snapchat el vídeo vertical no era una elección técnica, era simplemente, la mejor representación de la conversación peer-to-peer en vídeo:

"Estamos empezando a reunirnos con los mejores creativos en las agencias y organizaciones, y en términos de educación, el disparo vertical esta en esa conversación"

De hecho, ya por aquel entonces, la idea de Snapchat no estaba solamente basada en la buena intuición de su equipo directivo. Con los números en la mano, Snapchat afirmaba cómo generaban mejores resultados con los contenidos en vertical y cómo los anuncios en ese formato se visualizaban, de media, nueve veces más que los horizontales. ¿La razón? Contenido nativo creado desde el móvil para el móvil.

Snapchat marcó la pauta, pero definitivamente hay mucho que decir sobre el hecho de que Meerkat y Periscope hayan dado prioridad al vídeo vertical" Nick Cicero, fundador de Delmondo.

Hasta ahora, Snapchat no tenía una competencia seria a la que enfrentarse. No obstante la pugna que se abre ahora entre uno y otro servicio por ver quién se lleva la palma, va a reenfocar las posibilidades del vídeo vertical. De hecho, para nostros como usuarios, y para las empresas, esto nos hace la vida más fácil.

Cambio en los hábitos de consumo

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El cambio en el consumo de vídeo y la espontaneidad son herencia de Snapchat Por ir más atrás, en 2014 Ben Evans ya decía que el mundo era móvil, y que por tanto, los formatos y los comportamientos del consumidor tenían, obligatoriamente, que adaptarse a nuevo paradigma de consumo de contenido. En ese momento, el vídeo vertical no era más que una broma para muchos, pero con el tiempo, y sobre todo, con la sobrerepresentación de un servicio específico, ha cambiado a ser el formato por defecto del contenido en internet en el móvil.

Sí, en el escritorio todavía es otro cantar, pero lo cierto es que no necesita un cambio. En cambio, entendido en la forma de generar y consumir contenido, se debe en parte a Snapchat y la economía que ha generado a su alrededor, a su inspiración para reenfocar parte del modelo de negocio de Instagram y, sobre todo, al cambio social que han impulsado todos los medios y compañías que han entendido mejor que nadie que el móvil es vertical.

Y en el camino, por mucho que el vídeo en vertical suene a perogrullo, Snapchat ha redefinido la forma en la compartimos en la redes sociales y que, sin duda, es el mayor escollo al que se enfrenta Instagram en su nueva aventura: la espontaneidad. Al igual que el vídeo vertical es rápido, móvil, el contenido compartido en Snapchat, en términos generales, es espontáneo, está lejos de los filtros de color y los atardeceres imposibles: es rápido, orgánico y muestra el mundo de la misma forma que los está viendo el que comunica. Y eso vale mucho más que fotos adornada mostrando algo que no existe.

Snapchat puede desaparecer, como todo en la vida, e incluso si gana la carrera al nuevo servicio de Instagram, el cambio en la forma de generar contenidos, en cómo lo consumimos y, sobre todo, su espontaneidad, ya ha hecho más por el futuro del contenido personal que todos los Facebook del mundo. Por mucho que este último siempre gane.

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