Este puede ser el primer año que Apple, por fin, descarte la versión de 16 GB como modelo base del iPhone / iPad y dé el salto a los 32 GB. Es especialmente representativo porque desde la caída sostenida hace unos años del precio de la memoria flash en el mercado mayorista, la compañía ha utilizado la entrada de base, con bastante acierto, para aumentar el precio medio de su dispositivo utilizando el amplio margen, dentro del coste de fabricación del terminal, para justificar los 16 GB de base.

No debemos caer en el error de analizar el coste de fabricación del iPhone por su estructura de materiales o BOM (bill of materials), es decir, por lo que le cuesta a Apple cada chip y componente que monta en el iPhone, puesto que ni representa el coste real de fabricación del iPhone, ni tampoco puede estimarse el margen por dispositivo en base a ese indicador: la suma del precio de los componentes del iPhone no incluye ni los costes de I+D de cada terminal, ni los sueldos y salarios de las personas involucradas en el proyecto, ni las inversiones que hace Apple para llevarlo a cabo, ni cualquier otro indicador más allá del coste mayorista (es decir, de compras a gran volumen) de los componentes.

Sí es cierto que Apple, por su poder de negociación en el mercado, puede sacar condiciones más ventajosas en términos de fabricación y compras, pero no sería justo ni remotamente acertado afirmar que, solo desgranando el precio del iPhone, cuesta 180 dólares fabricarlo. No, fabricar un iPhone no cuesta una fracción del precio de venta, pero sí que hay un componente que ha beneficiado a Apple desde el punto de vista coste / beneficio / margen: los saltos de memoria.

La compra de memoria mayorista

En el mercado mayorista, las memorias flash que utiliza Apple tienen un coste medio de unos 5,5 dólares para el modelo de 16 GB, precio que aumenta en 40 dólares adicionales para el siguiente "salto" de memoria de 64 GB (dejamos de lado los modelos premium de 128 GB). Esto quiere decir que el margen que Apple saca por cada cien dólares que le cuesta al comprador pasar de un iPhone de 16 GB a uno de 64 GB, más de un tercio es beneficio directo para la compañía, asumiendo que el resto de factores entre modelos en función de su capacidad se mantienen constantes (y por tanto, lo hace su coste de fabricación)

No podemos calcular el margen por cada salto de memoria básicamente porque incluye otros costes indirectos y directos en el mismo, pero si que es cierto que, utilizando las diferencias de precios entre el iPhone de 16 GB y superior, la compañía obtiene más beneficio del iPhone cuanto menor es la capacidad, puesto que el coste del componente se reduce de forma exponencial a la reducción de su capacidad, haciendo que el ingreso extra por la memoria más pequeña ayude a mantener la rentabilidad en los modelos de gran capacidad, cuyo precio del componente es superior.

El precio entre saltos de memoria ha permitido a Apple aumentar la rentabilidad por iPhoneDe hecho, la disminución en el tiempo de este coste de compra de memoria para el mayorista y el mantenimiento del precio de venta de Apple en el tiempo, al final se ha convertido en un sobreprecio para el consumidor, pero ha ayudado a la compañía a mantener un precio medio por iPhone vendido muy superior al del mercado, una mejor rentabilidad que la que tendría si hubiese ajustado los saltos de memoria a la caída de los componentes en el mercado y, en definitiva, unas cuentas más saneadas para seguir añadiendo dinero a la máquina de imprimir innovación. Y eso es algo que no todos se pueden permitir, y menos aumentando constantemente su cifra de venta de terminales con un aumento también de los precios al consumidor.

¿Fabricar un iPhone cuesta 180 dólares? No. Pero la caída de los costes de memoria si que hubiese permitido una rebaja en el precio final de venta en cada salto de capacidad, a costa de margen y rentabilidad. Y ahora, con la primera desaceleración en las ventas del iPhone, no es para nada descabellado pensar que Apple puede utilizar esta ventaja histórica para aplicar un menor precio de venta a sus iPhones, manteniendo los márgenes que la compañía tenía cuando el precio de la memoria para los mayoristas era infinitamente más cara.

Como conclusión, los 100 dólares extras que Apple suma al precio del iPhone por cada salto de memoria (de 16 GB a 64 GB, etc) hacen que la compañía gane más dinero, al menos en los terminales de menor tamaño. Y en la misma media, permite que cuando las cosas vayan mal, puedan bajar el precio a costa de ese margen extra y seguir así manteniendo la rentabilidad.

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