En la era moderna, existen muchísimas cosas que damos por sentado, asumiendo que siempre estuvieron ahí: **los colores son una de ellos, en particular los colores de diferentes artículos que utilizamos todos los días, como nuestra ropa. Desde que los seres humanos usamos ropa, hemos buscado maneras de hacerla más atractiva estéticamente, más colorida, pero no siempre una amplia gama de colores estuvo a nuestra disposición, y durante muchísimos años, el uso de ciertos colores denotaba la pertenencia a una clase social en particular, dado su excesivo costo: el color era un artículo de lujo*.

El color púrpura, específicamente el púrpura real (también conocido como púrpura imperial o de Tiro) provenía de la glándula mucosa de un molusco (murex brandaris*), y una libra de tinte púrpura requería aproximadamente nueve mil de estos moluscos: el proceso era lento, trabajoso y costoso, y sólo las personas muy adineradas podían costear utilizar ropas de este color. Algo similar sucedía con el color denominado azul real, que provenía de una especie similar de caracol de mar (murex trunculus). El adjetivo "real" en el nombre de ambos colores, que aún se denominan de ese modo, indica algo muy claro: eran colores usados de manera casi exclusiva por la realeza. Curiosamente, el color exacto del púrpura de Tiro no puede ser mostrado en una pantalla de computador (al igual que la mayoría de los pigmentos de alta coloración), pero se considera que el tono más aproximado es el sRGB #990024. Solo los ricos podían darse el lujo de pagar por los colores.

Lo que es más interesante, el tinte púrpura de uso más extendido hoy en día proviene de un experimento para sintetizar quinina, que en el siglo XIX era el único medicamento conocido contra la malaria, y provenía de la corteza de un árbol llamado quino. La quinina era muy costosa, y el químico William Perkin pensaba que podía sintetizarse artificialmente. Sus experimentos (que fallaron en producir un remedio contra la malaria) crearon en 1856 la primera anilina sintética, un tinte púrpura, específicamente malva, que se puso de moda rápidamente: la Reina Victoria usó una capa teñida con este tinte en 1862. Este momento se considera no sólo emblemático para el color púrpura, sino un momento de transformación para la industria química, puesto que el descubrimiento de que era posible sintetizar colores dio origen a una serie de creaciones que revolucionarían la industria de la moda y darían paso al surgimiento de grandes empresas químicas. Un gran número de empresas farmacéuticas comenzaron como coloristas, lo que de cierto modo significa que esta revolución del color también fue esencial en el surgimiento de la farmacéutica moderna.

colores
"Colors" por Juan Antonio Capó Alonso, bajo licencia CC BY 2.0.

Algunos colores que en la actualidad son de uso extendido, como el índigo, cuyo tinte se usa comúnmente para los blue jeans, fueron durante mucho tiempo un artículo de lujo. Hasta el año 1900, la única fuente de este color fue el "índigo natural", que solía derivarse de una serie de plantas, que requerían ser sumergidas durante largo tiempo en una solución alcalina (para la cual solía utilizarse orina), pero durante el siglo XX el índigo sintético fue sustituyendo rápidamente al índigo natural, y fue así como éste se convirtió en un tinte de uso generalizado.

El tinte rojo solía provenir de mezclas cuyo principal ingrediente eran insectos: se dice que los aztecas utilizaban 70.000 cochinillas para obtener una libra de tinte rojo, el cual se convirtió en cierto punto en el segundo producto de exportación más importante de México. Los colores en la familia del amarillo y el ocre eran los que se obtenían más fácilmente, y en consecuencia los menos caros: provenían directamente de flores y plantas como el azafrán, cuyo procesamiento era sencillo y directo. Esto, en parte, explica por qué los tonos ocres parecen ser los de uso más frecuente entre la gente común, si analizamos representaciones pictóricas antiguas.

Nuestro uso de los colores contiene una enorme cantidad de simbolismos y creencias que a menudo pasan inadvertidas, y estos símbolos cambian de acuerdo con los usos sociales. Por ejemplo, el uso del color rojo para denotar prohibición (crimen, pecado, ofensa) data de la edad media, y desde allí viene su utilización para designar una amplia gama de símbolos, que van desde la prostitución (el célebre "barrio rojo" de Ámsterdam) hasta la tarjeta roja del fútbol o el color rojo de los semáforos.

Hace ya un siglo desde que los colorantes sintéticos son capaces de crear cualquier color, y por ende hemos olvidado que ciertos tonos que hoy usamos indiferentemente, de acuerdo a una simple inclinación o preferencia, alguna vez conllevaron consigo una alta carga simbólica**, transmitiendo mensajes que indicaban nuestro estatus social, nuestro poder y nuestra riqueza.

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