uber en méxico

Imagen: Wikimedia

Un millón de trabajadoras del hogar en México con empleo digno en 2020. Este es el objetivo de Aliada, una startup mexicana que busca encontrar la integración de lo tecnológico y lo social en un sector profesional muy denostado, tanto por la sociedad como por las instituciones políticas; abandonado a su suerte y en muchos casos repudiado. A nivel global, y en este caso en México, las mujeres empleadas en el hogar -porque no deja de ser un sector puramente femenino- han carecido de derechos. En este momento, según cifras del Inegi, existen en el país más de dos millones de mujeres dedicadas a esta actividad laboral, de las cuales casi el 76% carecen de prestaciones sociales, menos del 35% llega al salario mínimo interprofesional y prácticamente la totalidad de ellas carece de contrato de trabajo.

Con origen en 2014 y solo veinte empleadas suscritas a la plataforma, Aliada ha pasado de cero a cien en apenas dos años. A día de hoy supera las 200 trabajadoras en plantilla, más de 28.000 servicios de limpieza en su corto tiempo de vida y 3.500 clientes únicos. De momento con operaciones en Ciudad de México y en el Estado de México, tiene como objetivo conquistar a las principales regiones del país antes de terminar este año. Pero sobre todo, afrontar un gran problema social.

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Una empresa por un problema

En una encuesta sobre discriminación en México se sitúa a las trabajadoras domésticas como uno de los sectores más afectados por este problema. La naturaleza del trabajo realizado, que se define como poco visible por realizarse en hogares privados, agrava la situación con tintes de ocultismo y continuación social tras largos años de mantener el sistema establecido: injusto, clasista y, a menudo, triste.

La ausencia de contratos regulados en el sector afecta a miles de mujeres que no tienen derecho a paro o seguridad socialUno de los mayores problemas radica en la falta de estructura en el ámbito laboral para este tipo de trabajos. Desde los gobiernos se ha hecho entre poco o nada alejándose de la acción social y las políticas específicas (desde años se mantienen las mismas trece leyes relacionadas con este sector), dando por sentado, eso sí, que la esclavitud está prohibida y los derechos humanos garantizados para todos en el país. Esta coyuntura se une al perfil de las empleadas: mujeres de bajo poder adquisitivo, sin estudios, pocos recursos, diferentes orígenes étnicos y escaso acceso a información sobre su situación legal. Con este panorama, estas mujeres se han encontrado históricamente en una posición de desventaja respecto a sus contratadores. Añadiendo el hecho de que el sector se encuentra altamente saturado, existiendo más oferta que demanda, y provocando bajos salarios y menos beneficios sociales.

Independientemente de la situación del sector y de la condición de las empleadas, esto no exime a nadie de cumplir los mínimos morales exigidos. Con jornadas maratonianas a lo largo de la semana, tratadas en muchos casos como esclavas y siendo víctimas de abusos y violencia ya son muchas las voces que se han alzado contra una práctica altamente clasista. Sueldos irrisorios, que no llegan a nueve dólares por día, problemas de salud, abusos en horarios y tareas... y todo sin contratos de por medio. La falta de cultura de unos y el poco rigor de otros ha causado un problema de grandes magnitudes: muchas mujeres sin derechos sociales, en cuanto a pensiones y seguridad social se refiere.

¿Soluciones? En los años sesenta, en Estados Unidos, el problema cambió por la ascensión de gran parte de las mujeres de la limpieza a otros empleos más cualificados. En España, con una situación similar a la actual de México, se empezó a regular a través de la obligación de cerrar contratos de empleo que asegurasen la cotización de estas mujeres. Aún así, siguen estando bajo la economía sumergida. En cualquier caso, el debate está servido.

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La intención de Aliada

Uno de los primeros objetivos de Aliada es afrontar este problema y ponerle cara. Encontrar un punto en el que las relaciones entre empleadores y limpiadoras sean justas y horizontales, eliminar todas las desigualdades históricas es un paso esencial; las mujeres de la limpieza no han tenido muchas oportunidades de asociarse y enfrentarse a la situación, con este proyecto tienen una opción para ello.

Con proyectos como Aliada, las mujeres de la limpieza incrementan su sueldo medioPor otro lado, la búsqueda de la confianza también es una gran traba. Tradicionalmente contratar a una mujer de la limpieza en México se ha realizado a través de recomendaciones y por trabajos a tiempo completo. Con empresas como esta lo que se busca es delegar ese "boca a boca" a Aliada, que hace una selección previa de los profesionales en cuestión de una forma similar a la se emplea en Uber. Convencer a los clientes de la seguridad del proceso es, de momento, otro de sus mayores objetivos. Eso y asegurar el trabajo digno de las empleadas del hogar, ya que con este sistema pueden llegar a cobrar salarios mucho más alto del legal establecido -mínimo cuatro dólares a la hora-, con un pequeño porcentaje de comisión para Aliada (10%).

Es una empresa que, ante todo, busca beneficios. Pero ha encontrado una manera de encuadrarse en una situación social compleja que, aunque aún lejos de solucionarse, está viendo los primeros pasos de una pequeña revolución.

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