¿Una SIM con llamadas gratuitas, SMS gratuitos e internet móvil gratuito? Es lo que ofrece FreedomPop, que acaba de llegar a España, de momento en fase beta con invitaciones y lista de espera. Por supuesto, la pregunta que a todos se nos viene a la cabeza es… ¿dónde está el truco?

Aparentemente, no hay gato encerrado. No hay compromiso de permanencia y el coste de activación de la tarjeta SIM de FreedomPop es de cinco euros, a partir de ahí tenemos derecho a usar de forma gratuita 300 MB, 300 minutos en llamadas y 300 SMS mensuales. Primera alerta: ¿300 MB? En pleno 2016, sabemos que hay muy pocos usuarios (y menos aún si están tan acostumbrados a moverse en el mundo online como para acabar siendo usuarios de este servicio) capaces de tener suficiente con esta cantidad. Y un pequeño secreto: las empresas nacen con la obligación de ser rentables y la ambición de ganar dinero. Salvo las ONG. Y FreedomPop no es una ONG, pese a que uno de sus eslóganes sea que “el móvil es un derecho”.

¿Podrán subvencionar los usuarios que paguen por ampliaciones a los que no lo hagan y usen la red sin pagar a FreedomPop?Esto nos señala el primer posible resquicio: la necesidad de que el usuario acabe activando estos planes, y el plan gratuito acabe siendo más bien una vía de captación que una parte relevante del modelo de negocio. Así y todo, llama la atención que FreedomPop, quien por cierto utiliza la red de Orange, no ha publicado sus planes de precios ni ampliaciones, sino únicamente ha presentado a los medios su plan gratuito sin dar costes ni bloques de las mencionadas ampliaciones.

Hasta “este verano”, es decir, algún punto indeterminado entre junio y septiembre, el plan no quedará abierto a la contratación, así que es de suponer que para entonces sí contaremos con precios.

Hemos contactado con un portavoz de una operadora para conocer su opinión sobre este lanzamiento. A nivel de comunicación, “no comprende” la estrategia de comunicar sólo una parte del mensaje. En cuanto al modelo de negocio, no se ve capaz de concretar hasta que no conozca el detalle que la compañía todavía no ha proporcionado: cuánto costará cada ampliación de esa tarifa básica. En su opinión, si llega a un precio superior al que ya tiene el mercado con la esperanza de obtener un retorno, lo tendrá difícil, aunque dependerá de su capacidad de captación de clientes.

La compañía nos ha comunicado que, pese a que todavía no pueden desvelar sus precios oficiales para las ampliaciones del plan básico, estarán “entre un 20% y un 30% por debajo del precio de mercado”, poniendo a Reino Unido, donde FreedomPop ya lleva tiempo operando, como ejemplo: 1 GB cuesta 5,99 libras; 2 GB cuestan 10,99 libras.

En el peor momento para las OMV

Aún está por ver el futuro de este tipo de operadoras en mercados como el españolLa llegada de FreedomPop se produce justo cuando se ha consolidado el mercado de la telefonía móvil en España: las telecos tradicionales han plantado cara con éxito a las virtuales comprando o creando sus propias alternativas virtuales. Orange ahora mismo acoge a Jazztel, Simyo y Amena. Vodafone creó Lowi y compró a Ono. Movistar tiene a Tuenti. De las que se quedan sin silla en el baile musical, Pepephone y poco más dan signos de rentabilidad real y crecimiento de usuarios.

Visto así, sí parece razonable que haya tenido que darse una estrategia verdaderamente diferenciadora como para llegar a España, en lugar de por la vía habitual de las operadoras virtuales. Ahora falta saber qué futuro tienen las virtuales sin posibilidad de ofrecer una tarifa convergente, “la madre del cordero en telefonía” según el responsable con quien pudimos hablar… y según las cifras.

El origen de FreedomPop

Solo han pasado cinco años desde que FreedomPop diese sus primeros pasos y ahora, en 2016, ya está conquistando el mundo. Era 2011 y sus fundadores, Stephen Stokols y Steven Sesar, ya venían de crear otros proyectos emprendedores relacionados con el sector de las telecomunicaciones. La creación, y posterior venta, de Woo Media crearon el caldo de cultivo para el próximo proyecto.

Unos primeros intentos con asociaciones estratégicas para mantener una red de comunicaciones aceptable, con Lightsquared concretamente, quedaron en el olvido a falta de algunos permisos de la Comisión Federal de Comunicaciones en Estados Unidos. Sea como fuere, FreedomPop empezó realmente a operar en 2012, con solo una parte de todo lo que iba a poder hacer en el futuro: vendiendo sólo 4G en algunos puntos de acceso.

No fue hasta diciembre de ese mismo año cuando, tras la alianza con Clearwire, empezasen a operar como una red inalámbrica. El soporte de su primera ronda de financiación, de 7.5 millones de dólares, por parte de Mangrove Capital y Doll Capital Management les dio la posibilidad de empezar a moverse en uno de los mercados más protectores de su negocio del mundo y recibir el apoyo de grandes compañías.

Dispositivos FreedomPop

La alianza definitiva

No contentos con todo ese progreso en sus escasos dos años de vida, 2013 se presentó de nuevo como otro prometedor año: se aliaron con Sprint y lanzaron su primer plan beta. Lejos de centrarse en 4G, ya ofrecía voz, texto y datos. Otros 4.3 millones de dólares por parte de los mismos inversores que les habían apoyando en un primer momento, y tuvieron todo lo necesario para sacar sus propios dispositivos móviles compatibles con Sprint; que no estarían a la venta hasta 2014.

Aproximadamente, FreedomPop ha recaudado unos 109.3 millones de dólares en rondas de financiaciónLa idea de centrar sus servicios en únicamente un dispositivo compatible se antojaba absurda. Por lo que pronto, el equipo de desarrolladores de FreedomPop se puso manos a la obra para preparar sus redes para iOS y Android. Teniendo en cuenta que, además, no vendían esos aparatos fuera de las fronteras de Estados Unidos y su objetivo ya era conquistar el mundo. Siguiendo con la normativa de la Unión Europea crearon una tarjeta SIM adaptada, en la que, de nuevo, las alianzas eran básicas. KPN estaba de su parte.

Creando compatibilidades con tabletas fabricadas por "la competencia", FreedomPop empezó a sacar las suyas propias, aunque también limitadas a Estados Unidos. Era 2014 y el éxito ya estaba más que servido, tanto que los rumores de compra ya se estaban haciendo grandes. Con un valoración de compra de casi 450 millones de dólares, su propio socio de operaciones, Sprint, estaba dispuesto a dejar de ocupar ese puesto para empezar a dominar la empresa. Pero como suele ocurrir en este tipo de negocio, no fuero más que rumores.

Más rondas y, por fin, la expansión

Por cinco dólares al mes, y en 2015, ofrecían red Wi-Fi en cualquier punto del país: su red había llegado a los diez millones de puntos de conexión. Mientras, el dinero no dejaba de entrar por las puertas de la empresa de telecomunicaciones. Stephen Stokols y Steven Sesar conseguían cerrar dos rondas de financiación consecutivas: 30 millones de dólares en una operación liderada por Partech Ventures y una de 10 millones con Axiata. Y hasta aquí las inversiones de importes conocidos de ese año. Se conoce que Intel cerró 2015 con un aporte de capital con el objetivo de crear un nuevo servicio de banda ancha, y hacer la competencia a Google, pero no informó del precio del cheque.

En cualquier caso, 2015 no solo celebró su éxito con los inversores y en las redes de comunicaciones estadounidenses. Ese mismo año, y aprovechando que se habían adaptado a las normas europeas hacía ya dos años, conquistaron el Viejo Mundo y llegaron a Reino Unido. Punto de partida para empezar a gestionar una cobertura de roaming en el resto del continente.

Con 86 millones de dólares recaudados en 2016 era el momento de poner en práctica los deseos que se habían estado gestando desde el inicio: en sus puntos de mira estaban Asia y Latinoamérica. Sin embargo, ha sido España el siguiente paso de esta curiosa compañía de comunicaciones.

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