Donald Trump

Gage Skidmore (Flickr)

Desde que **Donald Trump** anunció su candidatura a la presidencia de los Estados Unidos los ataques contra México han sido el pan de cada día. En el primer ataque acusó a México de enviar “drogas” y “violadores” a través de la frontera y anunció medidas drásticas como la construcción de un gran muro que prohiba la entrada de mexicanos y con el que pretende frenar a las empresas estadounidenses de buscar mano de obra más barata en el país vecino.

Trump incluso tiene un plan malvado para hacer que México y los mexicanos paguen el muro fronterizo que consiste en:

- Retener todas las remesas que los mexicanos le envían a sus familias. Tan sólo en febrero se enviaron más de 2 mil millones de dólares en remesas.

- Aumentar costos de visas y documentos migratorios para diplomáticos, directores ejecutivos, trabajadores y mexicanos que vivan en la frontera.

- Elevar las cuotas de acceso a los Estados Unidos a través de sus puntos de peaje.

El discurso anti migrante de Trump se enfrenta a las cifras. De acuerdo con el Pew Research Center, la población de inmigrantes ilegales bajó de 12.2 millones a 11.3 millones de personas en la última década. Esto representa 3.54% por ciento respecto a los 318, 9 millones de personas que viven en Estados Unidos según el último censo en 2014. Los mexicanos son casi la mitad de estos migrantes (49%) con 5.6 millones, 1.7% de los habitantes estadounidenses.

Aunque el discurso anti México de Trump está fundamentado en la minoría de mexicanos ilegales, el rencor de Trump puede venir de mucho tiempo atrás.

El fracaso de Tijuana

Donald Trump Tijuana
Borderlands: A Gash in the Earth via photopin (license)

La historia de Trump con México comenzó años antes de su candidatura presidencial con el fracaso de un hotel y apartamentos de lujo con el nombre Trump Ocean Resort Baja Mexico en Tijuana, Baja California. Junto con la empresa inmobiliaria Irongate impulsó el proyecto de tres torres que para 2009 se quedó sin fondos.

Los futuros dueños de los apartamentos de lujo habían hecho depósitos por 32.2 millones de dólares cuando el proyecto fue abandonado. Las propiedades estaban entre 300 mil y 3 millones de dólares y el pago inicial era el 30% del costo total de los departamentos.

Se planeaba que el proyecto de 526 condominios fuera el más lujoso de la zona a tan sólo 30 minutos de San Diego. El alza de la vivienda en California sumado a que el complejo hotelero y residencial se publicitaba respaldado por la imagen de éxito del magnate estadounidense Trump era la fórmula para que Trump Ocean Resort Baja fuera una excelente inversión.

Pero, las obras se retrasaron y en diciembre del 2006 los compradores recibieron una carta donde se les informaba que las negociaciones para un préstamo con el banco alemán WestLG AG no habían resultado y que sólo quedaban 556 mil dólares para la construcción. Además les recordaban que una cláusula del contrato estipulaba que los desarrolladores podían gastar el dinero del depósito. Trump se desvinculó del proyecto y más tarde diría que él únicamente actuó como portavoz del proyecto. Su cara estaba en un anuncio espectacular en la carretera Tijuana- Rosarito donde en 2006 estaba el stand de informes y ventas del proyecto inmobiliario.

De acuerdo con una entrevista de octubre del 2006 del San Diego Tribune, Trump declaró que no sólo fue la marca, también fue un inversor “significativo” en el proyecto.

En 2009 los compradores demandaron a Trump y a Irongate ante el Tribunal Superior de Los Ángeles, quienes alegaron haber dado su dinero y la confianza a la figura del magnate de los bienes raíces. Cuatro años después, el caso se resolvió cuando se llegó a un acuerdo entre Trump y los demandantes por una cantidad secreta de dinero.

Secreto en Cozumel

No fue su único tropiezo en México. La misma noche Alejandro González Iñarritú ganó su primer Óscar por al dirección de Bridman, Trump lanzó tweets punzantes contra México recomendando “nunca hacer tratos con mexicanos.”

Se refería al proyecto Punta Arrecifes Resort en el noreste de Cozumel, un complejo de lujo que tendría una marina, pista de aterrizaje, club de golf, spa y un hotel de 600 habitaciones. Una supuesta inversión conjunta con la cadena de hoteles Hilton y la familia Barbachano, dueña de la cadena de hoteles Mayanland.

Grupos ambientalistas e investigadores se opusieron al desarrollo de Punta Arrecifes Resort y en 2012 la zona fue decretada área natural protegida, ya que ponía en riesgo Punta Molas, el lugar que absorbe el agua del mar para convertirla en agua dulce y de la cual depende la biodiversidad de la isla caribeña.

Se desconoce el proceso legal que los inversionistas continuaron.

Tal vez los prejuicios de Trump hacia México estén basados en sus fracasos personales.