Normalmente, en esta sección hemos repasado los avances de la industria textil donde más confluyen con la tecnología, es decir, avances en ropa inteligente o conectada. Y de esta última, la noticia suele ser que integra baterías, o algún chip que mide la temperatura y la sirve por Bluetooth al smartphone. Sin embargo, poca veces hablamos de lo importante que resulta avanzar en la composición de los tejidos, tanto para aumentar la durabilidad como por soportar manchas. En la RMIT University de Melbourne tienen una posible solución para ellas, y no funciona con agua y jabón.

Han desarrollado una técnica barata y eficiente para fabricar nanoestructuras especiales que, expuestas a la luz, pueden descomponer materia orgánica. Lo bueno es que se puede adherir a textiles, y el fin último sería conseguir fabricar ropa que por su cuenta pueda limpiar su suciedad, con tan sólo estar siendo tocada por luz de bombillas o solar. Como aspecto esperanzador, es importante añadir que afirman que la producción no sería cara.

Así son las nanoestructuras, ampliadas 150000 veces.
Así son las nanoestructuras, ampliadas 150000 veces.

Para el responsable a cargo de la investigación, el doctor Rajesh Ramanathan, la clave es que como la ropa ya tiene una estructura 3D, la luz se absorbe fácilmente, lo que acelera el proceso de la degradación de la materia de los residuos. Porque, cabe decir que hay otros campos donde el descubrimiento también puede ser útil, como el farmaceútico o el agroquímico, pero las propiedades de la ropa hacen el terreno textil, de momento, más atractivo. Por supuesto, Ramanathan opina que aún queda mucho para dejar de usar lavadoras, pero aun así es un gran paso hacia el futuro del autolavado textil.

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Los materiales usados en la investigación en un primer momento fueron cobre y plata. En concreto, nanoestructuras de estos materiales, conocidos por su capacidad de absorción de luz. Expuestas a la luz, reciben un incremento de energía que crear electrones calientes que, a su vez, liberan la energía suficiente que permite a las nanoestructuras descomponer la materia orgánica.

Tras lograr la integración con la ropa, y una descomposición en un tiempo de menos de 6 minutos, lo próximo que quieren conseguir es lograr eliminar restos de tomate o vino. Para nosotros, esto sí que supone, a día de hoy, considerar que así, la ropa si sería ropa inteligente.

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