Siglo XXI, soy un artista y necesito recursos. En la Edad Media, Renacimiento, en la época de la Ilustración, cualquiera en definitiva, tendrías claro a quien dirigirte: un mecenas. Hoy, aunque suene extraño, la figura es la misma, pero con matices. Pero, como todo en esta vida, se ha adaptado a las circunstancias y, como no, ha sido a través del gremio startup.
El primero en acuñar este concepto fue el señor Cayo Cilnio Mecenas, también llamado César Augusto, todo un amante de las artes, de la poesía en particular, de la antigua Roma. De su nombre nace la tradición de promocionar a esas personas, que contando con algún don especial, acuden al gremio de los pudientes para crecer profesionalmente bajo su protección. Es de hecho, en esta figura, rica y poderosa, en la que se fundamenta el concepto literal de mecenazgo. Y a lo largo de la historia, se han sucedido mecenas que protegían un determinado tipo de arte, porque les gustaban las obras de algunos artistas o porque solicitaban encargos para ellos mismos, los Médici, Sforza, Uffici, las Casas Reales europeas... ; algunos incluso protegían la ciencia por considerarla el "arte supremo".
Patreon ha cerrado una ronda de $30 millones para seguir promocionando artistas
Historia y hemeroteca aparte, la cuestión es que, en la actualidad, los artistas siguen necesitando la financiación de personas altruistas que se sientan llamadas por su tipo de talento. Porque como todos sabemos, al final todo se reduce a una cuestión de puro dinero, pero aquello de rico y poderoso son conceptos arcaicos y clasistas, las circunstancias son las que son, y hay que adaptarse.
A la sombra del mundo de las startups, el emprendimiento y la economía colaborativa han surgido un tipo de financiación que da la posibilidad a muchos interesados a formar parte de un proyecto a través de pequeñas financiaciones. Un tipo de patrocinio, que aunque no garantice el éxito, sí que da la posibilidad de entrar a formar parte de la rueda del emprendimiento a muchos que, de otra forma, no lo hubiesen conseguido. Kickstarter, MyMajorCompany, Indegogo o Ulele solo son algunas de los ejemplos de crowdfunding que existen.
Y es precisamente en ese crowdfunding en el que el mecenazgo de toda la vida ha encontrado su hueco en pleno siglo XXI. A través, Verkami o la estadounidense Patreon, muchos artistas han podido ver sus obras realizadas. De hecho, esta última acaba de rizar el rizo: un fondo de crowdfunding que acaba de cerrar una ronda Serie B de $30 millones para seguir financiando y promocionando a más artistas.
De poetas y escultores a youtubers
Cuando San Yam y Jack Conte idearon en 2013 el concepto de Patreon no sabían que iban a llegar tan lejos. Lo que en un principio se limitaba a la pintura, escultura y poesía, en estos momentos ha superado todas las barreras imaginables. Las artes plásticas ya no son las únicas en está época, y a estas se le unen la fotografía, la animación, el cine, los ilustradores, y hasta youtubers, los cuales se han convertido en los más populares para el conocido Patreon en la actualidad. Los mecenas reciben extras de los artistas antes que el público general
Personas que, a través de YouTube, producen vídeos, discos, películas o cualquier cosa de forma gratuita. Muy al contrario de lo que se pueda pensar, ni todos los youtubers ganan millones, ni la publicidad de las grandes marcas llueve del cielo. Todos unos perfiles muy diferentes que se han unido para optar a encontrar alguien que les ayude en sus intenciones. Y a la lista se suman también periodistas, que a través de sus blogs y con aportaciones tan simbólicas como de un dolar al mes, intentan financiar ese otro tipo de periodismo de calidad que no tiene cabida en los grandes medios comprometidos con la publicidad.
El funcionamiento es similar en todas las plataformas. Los "mecenas" pueden apoyar un solo proyecto de un artista o toda una carrera procesional; cuando estos deciden adoptar ese papel con determinado artista aportan una cantidad fija de dinero cada vez que el creador empieza una proyecto; dando la posibilidad de limitar a una cierta cantidad mensual lo que se quiere aportar. Las ventajas para los mecenas residen en los extras que reciben de los artistas: pase previo a sus creaciones e ideas, elegir los temas preferidos para la siguiente publicación... De esta forma, todos esos artistas emergentes, que no pueden vivir de sus obras, reciben una pequeña remuneración y además con la posibilidad de tener varios mecenas. El funcionamiento, al menos en lo básico, no ha cambiado desde la antigua Roma, salvo por la pequeña variación de que todo es a través de Internet.