Trygve Lie (Noruega), Dag Hammarskjöld (Suecia), U Thant (Birmania), Kurt Waldheim (Austria), Javier Pérez de Cuéllar (Perú), Boutros Boutros-Ghali (Egipto), Kofi Annan (Ghana) y Ban Ki-moon (Corea del Sur). Ocho personas diferentes para setenta años de liderazgo al frente de Naciones Unidas, la entidad creada en 1945 con el fin de garantizar la paz y la seguridad, promover el desarrollo sostenible, proteger los derechos humanos y distribuir ayuda humanitaria, así como defender la ley internacional. Todos estos nombres tienen un denominador común: son hombres. Y el final del mandato de Ban Ki-moon coincide con una iniciativa mundial para que la secretaría general de la organización internacional recaiga en una mujer.En enero de 2017, Naciones Unidas contará con una nueva persona al frente de la secretaría general. Los rumores hablan de cinco candidatas para ocupar el cargo
El considerado como "trabajo más imposible del mundo", en palabras de Trygve Lie, representa "el símbolo de los ideales de las Naciones Unidas" y actúa como "portavoz de los intereses de los pueblos del mundo, en particular los pobres y vulnerables", según la propia entidad. Esta función de representatividad choca con la historia de Naciones Unidas, que en sus setenta años de vida no ha tenido ninguna mujer como líder de la organización. Mogens Lykketoft, presidente actual de la Asamblea General, también ha llamado la atención sobre el "techo de cristal" que afrontaría el 50% de la humanidad a la hora de acceder a un puesto tan simbólico como relevante en la política internacional.
Ban Ki-Moon completará su período durante 2016 y en enero de 2017 una nueva persona deberá asumir la secretaría general de Naciones Unidas. Desde hace unos meses, voces como Bill Richardson -antiguo embajador de Estados Unidos ante la ONU- plantean la necesidad de que una mujer sea la próxima líder de la entidad. También lo pide la organización Equality Now, que destaca que desde 1945 "tres europeos, dos africanos, dos asiáticos y un latinoamericano" habían afrontado el cargo de secretario general de Naciones Unidas. Ninguno de estos nombres correspondía a una mujer.
La carrera por elegir a la nueva cara visible de la ONU ya ha comenzado. Y 2016 será un año intenso de reuniones, discusiones y, sobre todo, mucho politiqueo. The Guardian reconocía que el proceso de elección de la secretaría general era "opaco, no democrático y politizado". Negociaciones a puerta cerrada que no reducen las sospechas sobre el acceso a un cargo muy prestigioso aunque en la realidad cuente con menos poder de lo que se pensaba hace setenta años. Según el artículo 97 de la carta de Naciones Unidas, el próximo secretario general es consensuado por la Asamblea General a propuesta del Consejo de Seguridad. Es en este primer paso donde las reuniones y acuerdos en la sombra toman forma. ¿Será una mujer la que asuma el cargo a partir de enero de 2017?
Según The Economist, las candidatas más firmes son dos búlgaras con importantes cargos políticos. Irina Bokova, por un lado, es la directora general de la UNESCO, el organismo de la ONU dedicado a la educación, la cultura y la ciencia. Su principal rival es Kristalina Georgieva, vicepresidenta de la Comisión Europea y comisaria europea de Programación Financiera y Presupuestos en el equipo de Juncker. A estas dos opciones también deberíamos sumar otros nombres que suenan para la secretaría general de Naciones Unidas: Christine Lagarde (Fondo Monetario Internacional), Michelle Bachelet (presidenta de la República de Chile) y Helen Clark (presidenta del grupo de las Naciones Unidas para el desarrollo). Cinco candidatas que destierran el mito de "poco preparada" y que a buen seguro formarán parte de las negociaciones a puerta cerrada de los próximos meses. ¿Vivirá la ONU un cambio histórico en su dirección?