Babilonia

Mathieu Ossendrijver, Science/AAAS

Tienen una apariencia similar a una galleta, pero unas tablillas de arcilla con escritura cuneiforme sirvieron en la antigua Babilonia para seguir a Júpiter. Los resultados del estudio publicado en Science demuestran que la civilización mesopotámica se adelantó 14 siglos en este importante conocimiento astronómico. Antes de la aparición de este trabajo se pensaba que estos cálculos habían sido estimados por investigadores de Oxford y París alrededor del año 1350.Las figuras geométricas de las tablillas ayudan a seguir la posición de Júpiter

Nada más lejos de la realidad. Los astrónomos babilónicos, además de importantes contribuciones como realizar la división del cielo en 360º, también fueron capaces de predecir las posiciones de los planetas usando operaciones matemáticas. La investigación realizada por Mathieu Ossendrijver, doctor en astrofísica de la Universidad Humboldt (Alemania), es un ejemplo de constancia. El científico viajó una semana anualmente en los últimos catorce años a Londres. ¿Su objetivo? Visitar el Museo Británico, la institución que albergaba las tablillas de arcilla que Ossendrijver se propuso traducir.

Según los resultados, las tablillas datadas entre el 350 y el 50 a.C. contienen cálculos sofisticados para determinar la posición de Júpiter. El método se basa en determinar una curiosa apreciación geométrica: los trapezoides muestran cómo va disminuyendo la velocidad de Júpiter con el tiempo. De este modo, el área de esta figura geométrica habría servido en la antigua Babilonia para determinar la distancia recorrida por este planeta. Las tablillas de arcilla mostrarían, por tanto, la posición de Júpiter a los 60 y 120 días después de que apareciera en el horizonte. El "secreto" matemático que contenían estas cuatro tablillas es la primera evidencia del uso de métodos geométricos por los astrónomos de Babilonia, que hasta ahora se creía que trabajaban únicamente con operaciones aritméticas -aquellas relacionadas con sumas, restas, multiplicaciones y divisiones-.

Babilonia
Mathieu Ossendrijver (Science) - British Museum

El Museo Británico de Londres albergaba las dos primeras tablillas desde el año 1955. Ciencuenta años más tarde de este primer archivo, el astrofísico Ossendrijver comenzó a interesarse por la historia de la ciencia. Así fue como en 2012 publicó el primer libro en el que traducía tablillas procedentes de Babilonia con cálculos matemáticos y datos astronómicos. Una obra que serviría de base para este paciente trabajo realizado entre 2002 y 2008, en el que, curiosamente, se unen investigación y religión. En la ciudad de Babilonia, el dios Marduk se relacionaba directamente con Júpiter. La conexión parecía evidente, pero Ossendrijver necesitaba una prueba más para traducir las tablillas de arcilla.

Esta prueba vino de la mano de Hermann Hunger, un asiriólogo retirado de la Universidad de Viena, quien le enseñó en 2014 fotografías de tablillas descatalogadas. La asociación entre estos sistemas y la "computación astronómica" parecía más evidente que nunca. Al estudiar las ideas geométricas sobre las tablillas, el astrofísico se dio cuenta de que planteaban ideas matemáticas abstractas sobre el movimiento, la posición y el tiempo, mucho más complejas que las desarrolladas por los griegos siglos después. Los conceptos planteados en las tablillas cobijadas en el Museo Británico demostraron que los europeos no fueron los primeros en seguir a Júpiter con estos cálculos, sino que la astronomía de Babilonia se adelantó 1.400 años a los conocimientos de los científicos del viejo continente.

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