No sabe el mundo la pereza infinita que da el tener que ver, informar y publicar noticias, casi de forma semanal, sobre tal patronal que se enjuicia, de transportes casi siempre, con cierta nueva empresa por considerarles ilícitos, ilegales y váyase a saber el mundo qué más cosas. Desde luego, los jueces van a ser expertos ya en estas lides. La tontería de la semana pasada: Confebus, que ahora todos sabemos que es la patronal de autobuses de nuestro legal país, mandaba a juicio a BlaBlaCar por competencia desleal.

Confebus critica el hecho de que algunos conductores intenten sacar beneficio de BlaBlaCarLos líderes del sector de autobuses han tomado carrerilla amparados bajo el caso previo de los taxis contra Uber y se han hecho abanderados del mismo lema: algunos conductores se lucran con los viajes. ¡Algunos! Estas personas parece ser que se profesionalizan en el tema de hacer viajes largos, ida y vuelta, convirtiendo una plataforma de economía colaborativa en un negocio. Recalco el 'algunos'. Solo digo que me gustaría ver a los señores de Confebus de incógnito utilizando BlaBlaCar para detectar cuántos de estos trayectos son por lucro...

Hace unas semanas, y con motivo del recién nombramiento de Jaime Rodríguez de Santiago-Concha como nuevo Country Manager de la plataforma en España, nos reunimos para saber cómo afrontaba su puesto en una de las compañías más populares de nuestro país. Como era de esperar, salió este tema, y la respuesta fue tajante. Se vigila que esto no pase, puesto que perjudica al total de la compañía y la imagen que se quiere dar ante los usuarios. Pero en este país siempre hemos tenido el don de buscar la trampa a toda regla, por lo que alguno es probable que se escape. Sin embargo, es posible que sean más bien pocos, y desde luego que si alguno quiere hacerlo le deseamos muy buena suerte porque, si nos ponemos a hacer cuentas, el hacerse "conductor" profesional de BlaBlaCar sale entre cero y nada rentable, según nos señalaba el propio Jaime. Primer argumento de Confebus echado por tierra y buena suerte a final de mes a esos conductores listillos, si es que existe alguno, cuando haga las cuentas.

¡Nos quitan pasajeros!

He usado un par de veces BlaBlaCar, como conductora y como pasajera. Y no creo que lo vuelva a usar. Me gusta la idea, el funcionamiento y el ahorro que genera, pero prefiero el tren, ir sola o conocer a mis acompañantes. Es una opinión personal, que, no obstante, contempla BlaBlaCar como una opción más de viaje.

La culpa de la pérdida del 20% de pasajeros de autobús la tiene BlaBlaCar Con esto quiero decir que hay un jugador más en el terreno, porque otro de los motivos de la demanda ha sido que el descenso del 20% de pasajeros que han registrado los autobuses se los ha llevado BlaBlaCar. Puede ser que sí, o puede ser que no. La plataforma de economía colaborativa cubre trayectos que ni tren ni autobús podrían realizar de forma remota. Entonces, si hago algo que otro no hace, ¿realmente estoy quitándole el trabajo a alguien? o, por el contrario, ¿estoy ofreciendo una solución complementaria?

Quizá, lo que no se han planteado estas encorsetadas compañías de autobuses, acostumbradas a repartirse los territorios como tiranos dejando de lado el buen hacer del servicio, es que BlaBlaCar es una oportunidad para una competencia sana o incluso tomarles como un complemento a sus operaciones.

Argumento viejuno de la demanda número dos también por los suelos.

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BlaBlacar ¡es una empresa!

Es curiosa la incipiente preocupación de muchas de las antiguas empresas de transporte por el bienestar de sus usuarios, los cuales parecen sujetos pasivos sin opinión ni poder de decisión, cuando hasta hace nada estos no eran más que un número o un beneficio, una forma de lucro a fin y al cabo. Esta crítica es la que se ha lanzado sobre BlaBlaCar: han venido al mundo para ganar dinero, y jugando con la seguridad de la gente. Ojo, atención, cuidado: ¡BlaBlaCar es una empresa! Qué sorpresa... Y como todo el mundo sabe que las empresas buscan los beneficios. Otra sorpresa... Hoy no damos a basto con tantas... Si pagan sus impuestos, tributan y cumplen la ley, todo en orden.

¿Cuál es el problema entonces? Que los usuarios no saben dónde se meten o con quién, ni las consecuencias que tienen sus actos. Señores de Confebus, un consejo gratuito: no crean que la gente es tonta y que no sabe lo que hace. Esa no es una buena estrategia. Locos hay en todos lados, sí, pero, de nuevo, hay que confiar en el buen hacer de la mayor parte de la gente, porque si no somos capaces de luchar contra nuestros propios estigmas, entonces siempre estaremos atados a las costumbres y tradiciones rancias del pasado. Argumento tres: KO.

Porque sí, todo esto ya huele a rancio y hay mucha tontería suelta por ahí...

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