Decir que Angry Birds, no ya como juego, sino como franquicia no es lo que era es un paso demasiado fácil. Pero no siempre fue así, fue un tiempo en el que la franquicia vivió el sueño del nuevo rico. De pronto todo era brillante, reluciente. Los sueños de los jugadores móvil por 0,99 euros. De pronto, películas de animación, tiendas propias en las mejores calles del mundo, amistad con Star Wars. Pero el dorado se agotó. Angry Birds estiró tanto el chiche que al final se despertó con una resaca de éxito que estaba muy lejos de ser sostenida en el tiempo.

Por el medio, despidos en Rovio, una caída brutal de sus ingresos y beneficios y un público que está literalmente harto de seguir jugando a tirar los pájaros por mucho que estén disfrazados de Darth Vader. Con el lanzamiento de Angry Birds 2 para dentro de dos semanas, Rovio abandona totalmente el pago por juego para abrazar el modelo de free-to-play con micropagos, que vista la evolución de la compañía, no parece que vayan a optar por el modelo flexible de pago puntual como el de Fallout Shelter.

Seis años han pasado desde el lanzamiento del primer Angry Birds, seis años en los que Rovio ha maltratado poco a poco su franquicia estrella con la intención de exprimirla lo suficiente para estirar lo suficiente esos dos años de gasto y desenfreno. La sensaciones respecto a la segunda entrega completa de Angry Birds son por tanto encontradas. Por un lado Rovio supo perfectamente encajar un juego de mecánicas sencillas y planteamiento interesante para móvil en un momento en que todo estaban intentando llevar juegos excesivamente complejos de consolas portatil a unos dispositivo que ni por forma ni por hardware eran aptos para el móvil ¿Quién quería sticks y botones táctiles sin feedback?

Sea como fuere, el tiempo de júbilo de Angry Birds se fue desinflando por la poca evolución de ese planteamiento tan sencillo. Ahora, con títulos muy superiores llenando la Store, Angry Birds 2 no lo tendrá ni mucho menos tan fácil como los primeros títulos. Pero hay factor muy importante: su base de usuarios. Rovio supo conquistar a un generación que empezó a jugar en el móvil tanto como Nintendo lo hizo con la generación de los 80s.

Angry Birds 2 puede suponer la vuelta de Rovio o su última oportunidad Ahora los tiempos son algo más complicados, con un mercado saturados donde muy poco consiguen despuntar como en su día lo hizo Rovio, y lo cierto es que son pocas las oportunidades que le quedan a la compañía. Con su juego en horas bajas, la compañía ha ido diversificando sus operaciones hacia los juguetes de peluche, los parques temáticos, y hasta una película de animación, pero las cosas no van nada bien y necesita un golpe en la mesa para salvar las maltrechas cuentas y sus 130 despidos en Rovio en el último año. Para hacernos una idea, los ingresos en su categoría "productos de consumo" cayeron de los 73,1 millones en 2013 hasta 41,4 millones en 2014.

Si Angry Birds 2 va a ser un buen juego o no, no lo sabemos, pero el modelo free-to-play y los micropagos, el mismo planteamiento una, por mucho que vaya a ser un juego mucho más grande no son motivos de peso suficiente como para confiar que volvamos de nuevo a 2009-2010; afortunadamente para el usuario y no tanto para Rovio, las cosas han cambiado en el mercado de videojuegos para móviles.

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