El Indominus rex pretende ser la nueva quimera genética, el más terrible de los dinosaurios salido de un laboratorio. Menos mal que hablamos de Jurassic World y no de la vida real. Pero, un momento, vamos a observar el ala de paleontología de Yale, ahora a oscuras. En su interior algunos recipientes guardan huevos empollándose bajo una luz roja. Son pequeños y lisos, idénticos a los de cualquier gallina común. De pronto, uno de ellos se agita un poco. Sin que lo esperemos, el huevo se rompe levemente, con un crujido, y va dejando paso a un morro. Sí, no es un pico lo que sale, sino un minúsculo hocico con dientes tras el que surge la cabeza de un pollito desnudo. Un pollito con una boca que bien podría ser la de un dinosaurio. Nuestros dinosaurios de laboratorio están un paso más cerca de la realidad.

Jugando a crear dinosaurios

Bueno, vale. Me he tomado una licencia artística más arriba. Ningún pollito ha salido del huevo, me temo. Crear dinosaurios en el laboratorio no tiene como finalidad... crear dinosaurios. Vamos a explicarlo. Lo que han conseguido estos investigadores de Yale ha sido demostrar el mecanismo molecular que se esconde tras la evolución de los picos. Es decir, cómo de un dinosaurio, con dientes y morro, el cuerpo se ha ido transformando hasta formar el pico que hoy podemos ver en las aves. Lo importante aquí es que han conseguido demostrar cómo los genes definen este cambio, haciendo que los embriones de pollo les crezcan morros, en vez de picos. No han tenido que mezclar los genes de nadie. Sencillamente han "silenciado" (es decir, no han dejado que se expresen) ciertos genes particulares y estudiado el proceso. Los resultados son increíbles ya que parece que los animales retrocedían millones de años en la evolución, mostrando rasgos ancestrales.

Dinosaurios
Comparación entre un pájaro primitivo y uno moderno. Fuente: John Conway.

Para llegar a este punto, los científicos, expertos en paleontología y biología evolutiva, han tenido que analizar el genoma de un montón de especies, comprobando qué tenían en común y porqué. De esta manera, haciendo ciertas variaciones han conseguido sus resultados, tras mucho trabajo. El hecho de modificar solo el pico se debe a varias cuestiones. La primera es el hecho de que esta parte del cuerpo es importantísima y característica de los pájaros, algo prácticamente único en el mundo animal. Otros motivos tienen su razón en la genética o cuestiones evolutivas que no entran al caso. ¿Podría conseguirse revertir otras partes del pollo hasta convertirlo en un dinosaurio de verdad? La respuesta es no. Estos animales no consiguen sobrevivir ya que la genética es muy complicada. Es más, aunque lo consiguieran, no tendríamos un dinosaurio (de los viejos, se entiende) de verdad, sino un pollo monstruoso.

Los pájaros son dinosaurios

Me resulta muy gracioso cuando la gente está deseando ver un dinosaurio. En esos momentos de conversación suelo señalar a cualquier pájaro que vea y suelto: "¡Mira, ahí tienes uno!". Porque, efectivamente, las aves son en realidad "dinosaurios modernos". Las evidencias muestran que las aves pertenecen a un grupo de dinosaurios terópodos que consiguieron sobrevivir al terrible cataclismo del jurásico-cretácico. Millones de años de evolución han conseguido convertirlos en lo que son hoy día. Aunque algunos rasgos no han cambiado tanto (como las plumas), otros han variado enormemente. Por ejemplo el pico. Los picos de las aves todavía conservan algunas características propias del morro de un lagarto, aunque estas dos ramas se separaron hace muchísimo tiempo. Por ello, Resulta una prueba irrefutable del funcionamiento de los mecanismos de la evoluciónpoder revertir esta evolución en un animal moderno nos da una herramienta fundamental.

En realidad hemos tenido una suerte increíble de poder ver esto con nuestros ojos. Y es que la evolución es complicadísima. Tratar de emularla artificialmente es objeto de estudio desde siempre. Un mecanismo que muestra claramente como la genética es la responsable de un cambio corporal tan evidente, con todos sus pasos, supone una prueba de incalculable valor para las diversas hipótesis evolutivas. Gracias al pico de estos dinosaurios de laboratorio podremos responder aún a más preguntas sobre nuestros orígenes y la de los animales que nos rodean. Vale, muy interesante, pero entonces ¿habrá o no habrá un Parque Jurásico de verdad? Bueno, quien sabe. En el mundo de la ciencia casi todo es cuestión de tiempo y dinero. Principalmente lo primero.

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