Ya hemos hablado de los que podrían ser motivos para cambiar nuestra DSLR por una cámara mirrorless. Sin embargo, las cámaras réflex siguen siendo las más vendidas con respecto al resto ¿a qué se debe?
Los aficionados al mundo de la imagen estamos un poco hartos de escuchar que las cámaras sin espejo son una amenaza para los dispositivos réflex tradicionales, que éstas serán el nuevo estándar fotográfico en un futuro y que su tecnología empieza a ofrecer niveles de calidad al mismo nivel o incluso superior.
No faltan razones para creerlo, nos encontramos a dispositivos de menor tamaño y peso que pueden satisfacer las necesidades de aquel usuario que antes adquiría una DSLR, pero las ventas reflejan unos resultados totalmente diferentes.
En el gráfico superior podemos destacar dos aspectos:
- Cómo las ventas de cámaras réflex han disminuido a un ritmo vertiginoso.
- Cómo, a pesar de lo señalado en el primer punto, las mirrorless siguen sin levantar el vuelo.
Se debe tener en cuenta que los resultados de los que hablamos son globales, por lo que obviamente no van a representar una región específica. Aun así, sí que reflejan el cómputo de aquello que es vendido en el mercado fotográfico, mostrando unos resultados negativos tanto para el sistema predominante como para el que aspira a ello.
Como vemos en el infográfico elaborado por LensVid, las predicciones de venta que se tenían sobre las cámaras sin espejo han sido erróneas. Las cifras actuales solo reflejan 1/4 de las mirrorless que se pensaban vender en 2014, algo que no entraba dentro de los planes tras los análisis de mercado realizados.
Esto muestra, no solo cómo el negocio de la fotografía no se encuentra en su mejor momento, sino también que la mayoría de sus usuarios siguen apostando por una cámara réflex antes de una Micro Cuatro Tercios u otra que prescinda del clásico sistema de espejo. Intentemos analizar cuáles podrían ser algunas de esas razones.
El precio
Es cierto que podemos encontrar alguna mirrorless por menos de 400€, como la Samsung NX3000 o la Fujifilm X-M1, pero para dar una cámara sin espejo de buen nivel creo que debemos aspirar a tener un presupuesto mayor, hasta alcanzar el requerido por dispositivos como la Panasonic GM1 o Fujifilm X100T.
Tampoco estoy afirmando que cámaras como la Canon 1200D sean auténticas maravillas, pero sí que cumplen las expectativas de aquel público al que va dirigido. Es muy difícil competir contra los precios que tienen dispositivos como la Nikon D3200, cuya cifra no suele superar los 400€ con un objetivo incluido.
Por otro lado, también encontramos el precio de los objetivos, una gran cantidad de ellos dirigidos al mercado de cámaras réflex, y como consecuencia de ello, también más baratos.
Más grande = Mejor
Este punto carece de bastante lógica, pero en ocasiones opinamos así. Todavía nos sigue extrañando ver cómo una cámara minúscula puede sacar mejores fotos que otra con un cuerpo muy voluminoso.
Debemos ir cargados con una DSLR, objetivos, mochilas… etc. El motivo de todo ello es que tenemos una imagen configurada de lo que debe ser un fotógrafo y lo que se salga de esos cánones no debe ser considerado como tal. Por ejemplo, mi jubilada Sony A230, a pesar de ser una cámara pequeña para tratarse de una DSLR, puede mostrar un aspecto superior a una Panasonic GX7. Sin embargo, los resultados en la práctica son totalmente diferentes.
Relacionado con esto también podemos hablar de la fotografía móvil. “La mejor cámara es la que cabe en el bolsillo” y esa es la de nuestro smartphone. Son muchas las personas que han desechado su compacta por dispositivos como la cámara del Samsumg S6, esto provoca que ese público no vaya buscando “una segunda compacta” (aunque una mirrorless no lo sean) y que directamente se apueste por una cámara “grande” y “que haga buenas fotos” cuando realmente se necesita salir a tomar instantáneas.
El oligopolio de Nikon y Canon
Nikon y Canon son grandes marcas, pero su adaptación a la que según algunos es la nueva tendencia fotográfica, es nula. Esto tiene bastante sentido si lo contemplamos desde el punto de vista de dichas empresas, para qué se va a defender un nuevo sistema cuando tu marca es la más vendida dentro del segmento en el que se sitúa.
Perpetuar un modelo de mercado basado en DSLR no hace sino prolongar la vida de dos empresas que tuvieron su época de esplendor hace décadas. Supieron cómo dar el paso de lo analógico a lo digital, pero no ocurrió así con el que parece ser un nuevo peldaño para los fabricantes de cámaras fotográficas.
Mientras tanto, parece que marcas como Sony, Panasonic o Fujifilm (entre otras) intentan apostar por algo distinto a lo que se encontraba en el mercado fotográfico, de momento sin demasiado éxito en ventas. El tiempo dirá si la razón la llevan unos u otros, pero de momento, parece que el gran perjudicado es el sector de la fotografía en general.