Coca-Cola lleva unas semanas con una campaña publicitaria en la que, como siempre, apela a las emociones para colar su bebida como una prolongación natural de dichas emociones y todo lo que las envuelve: felicidad, amistad, amor, euforia... Ningún problema hasta aquí. Las telecos nos quieren convencer de que siendo sus clientes conduciremos un descapotable y un par de rubias se pelearán por el asiento del copiloto, los fabricantes de colonias aseguran sexo fácil si nos rendimos a su fragancia y el aceite de oliva italiano es peor que el español pero lo cobran seis veces más caro por envasarlo en cristal y etiquetarlo en plan Mr. Wonderful. Cosas del marketing.

En este mundo de la publicidad, a veces se hace con más tino que otras. Coca-Cola había recurrido a la defensa de minorías para vender esas emociones, en este caso a las familias de padres homosexuales, monoparentales, o con hijos adoptados. Sinceramente, prefiero que puestos a convencernos de que tomar un refresco y no otro nos acerca a la felicidad, lo hagan con un buen mensaje social, y este lo es.

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Lo jodido llega cuando un grupo de exaltados intolerantes quieren tumbar la campaña porque no pueden soportar que familias que no siguen el modelo tradicional transmitan felicidad. Lo hacen mediante una campaña de Hazte Oír (quienes llevan una mala racha de noticias) que, sorpresas de la vida, tiene su lamentable promoción en Infovaticana.

Esta es la carta de Hazte Oír al presidente de Coca-Cola España:

Presidente de Coca-Cola España, D. Jorge Garduño:

Me decepciona que su reciente campaña de publicidad, bajo el título Familias, haya excluido a la familia natural de los casos de “familias felices” mostrados en el anuncio.

La inmensa mayoría de los niños felices crece en hogares creados por un hombre y una mujer al casarse.

Tener una madre y un padre es un componente esencial de la felicidad de un niño y Coca-Cola lo oculta.

Los niños felices son los que ven protegidos sus derechos; entre otros, el derecho a un padre y una madre. Sin la familia natural, sencillamente, la sociedad no sobreviviría y ustedes dejarían de vender Coca-Cola.

Es indignante que hayan excluido a esa inmensa mayoría de niños felices, por seguir el juego a lo políticamente correcto.

Afortunadamente, puedo elegir beber otras marcas de refrescos con mi familia, una de esas familias felices que no aparecen en su sectaria y discriminadora campaña de publicidad.

A menos que rectifiquen su comunicación antifamilia y muestren mayor sensibilidad con los derechos de la infancia que con los dogmas del lobby de género, mi familia y yo dejaremos de consumir Coca-Cola y sus otras marcas.

Traducción: en ese escrito se están inventando lo de que los niños sólo son felices con un padre y una madre (así, en plan "como dios manda") en base a un criterio sesgado e interesado haciendo como que estudios avalados lo demuestran, les cabrea que alguien diga lo contrario, y no les basta con ignorar el mensaje, sino que además pretenden eliminarlo. Por otro lado, cuando dicen que "Los niños felices son los que ven protegidos sus derechos" deben referirse únicamente a derechos para los niños. Una vez se hacen adultos, no están nada de acuerdo en que tengan derecho a ser homosexuales, o a adoptar un hijo, o a tener descendencia sin una pareja, y tampoco les parece bien que puedan defender esos derechos. Un clásico: ponerse el disfraz de defensor de derechos propios y ajenos para destruir derechos de terceros.

GAY IGLESIA

Me parecen estupendos los boicots a una empresa que se salta los derechos de sus trabajadores, que evade impuestos o que provoca estos boicots con motivos razonables, relativos a la ética o a la legalidad. No me cabe en la cabeza que en 2015 alguien pueda escribir esto:

Coca-Cola ha titulado este spot como “Familias”, y la idea que se pretende transmitir a través de él es que “no existe una fórmula única para la felicidad”, que todos los tipos de familias son iguales y, por tanto, que es indiferente si un niño tiene dos padres, dos madres o sólo un progenitor. Eso sí, a los creadores de esta campaña publicitaria se les ha olvidado incluir el modelo de una familia compuesta por hijos nacidos de la unión del matrimonio entre un hombre y una mujer. Tal vez para Coca-Cola este tipo de familias no posea “la fórmula de la felicidad”.

Por un momento pensé que esto tenía que ver con que no habían entendido que precisamente es una campaña que defiende a las minorías. Luego caí en que más bien no quieren entenderlo, el mensaje que transmiten es de odio al diferente, a quien se sale de sus esquemas. Mentes cerradas por completo que llaman a una pareja homosexual "experimentos de ingeniería social". Luego también dicen que "por esta manipulación del concepto de familia, son muchos los ciudadanos que han dejado de comprar los refrescos de esta marca si no se retira una campaña publicitaria que excluye a la familia constituida de forma natural". En realidad no están pensando en los niños, sino en perpetuar su modelo a costa de destrozar al resto.

Espero que sean cuatro, al menos por ese motivo. Y que el día de mañana tengan un hijo homosexual, lo quieran mucho y comprendan su error. O al menos que abran su mente y conozcan familias de padres homosexuales o monoparentales. De todas formas, esto, por suerte, no llegará a más. El chillido de los enjaulados en su propia mediocridad siempre se diluye en la claridad de la mañana. Pero alguien tenía que decirles que por ahí no pueden pasar.

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