Año 1745. En aquel periodo, la maravillosa Italia vio nacer a Alessandro Giuseppe Antonio Anastasio Volta. Concretamente, llegó a este mundo el 18 de febrero, en el seno de una familia de nobles de Como. Desde muy temprana edad, el italiano comenzó a mostrar un gran interés por las ciencias. En concreto por la física, la química y, el aquel entonces emergente, campo de la electricidad.

Recibió una educación acorde a su posición social, orientada especialmente a las ciencias. En 1774 fue nombrado profesor de física en la Escuela Real de Como. Poco más tarde, comenzaría la “leyenda” de este italiano tan trascendental para la historia de la humanidad.

Las corrientes eléctricas de Luigi Galvani, la crítica a la electricidad animal y la creación de la pila voltaica

Alessandro Volta

A finales del siglo XVIII, Luigi Galvani –físico de la época y trascendental también para la historia de la humanidad– descubrió la existencia de una relación entre los músculos de los seres vivos y las corrientes eléctricas. Concretamente, Galvani descubrió que, el contacto de dos metales diferentes con el músculo de la pata de una rana originaba la aparición de corriente eléctrica.

Este descubrimiento originó la sucesión de diversos experimentos sobre la relación entre los metales, los sistemas nerviosos y las corrientes eléctricas, tanto por parte de Alessandro Volta como por la de Luigi Galvani. Mientras tanto, también se mantuvo el debate sobre la “electricidad animal” (se creía que era necesario un animal para la generación de corrientes eléctricas), el cual, años más tarde, quedó demostrado como falso gracias a los experimentos de Galvani y la creación de la pila voltaica. Estos experimentos llevaron a Volta a la creación de la primera pila voltaica, la cual era capaz de generar corrientes eléctricas en cualquier instante mediante un proceso electroquímico.

La primera pila voltaica estaba constituida de varios discos de cobre y zinc –en realidad pueden ser dos metales cualesquiera siempre que sean diferentes– separados por trozos de cartón impregnados en salmuera o sulfato. Los discos estaban conectados entre sí mediante un alambre.

Este experimento sirvió para demostrar la fasledad de la "electricidad animal"¿Qué ocurría ahí? Muy resumidamente, se producía un proceso electroquímico –relativamente complejo de explicar– en el que uno de los discos comenzaba a oxidarse (sus átomos comenzaban a perder electrones). Estos electrones se transferían al siguiente disco de otro metal pasando por el trozo de cartón impregnado en salmuera. Este proceso se repetía sucesivamente entre los diversos discos que formaban la pila, generando así un flujo de electrones relativamente constante, que es lo que conocemos actualmente como corriente eléctrica.

El resultado de dicho experimento fue enviado a la Royal Society de Londres, demostrando, por una parte, que era posible generar corrientes eléctricas mediante un proceso electroquímico y, por otra parte, la falsedad de la “electricidad animal”, que defendía inicialmente Luigi Galvani.

Debido a tal descubrimiento y su incalculable trascendencia en la sociedad, la unidad en el sistema internacional destinada a la cuantificación de las diferencias de potenciales eléctricos se denomina “Voltio”, en honor a Alessandro Volta.

La pila voltaica y su incalculable trascendencia

Alessandro Volta

A día de hoy, la pila voltaica es la base de una gran cantidad de aparatos electrónicos. Todos aquellos que cuentan con una batería en su interior, se basan en el modelo y los experimentos realizados por Alessandro Volta durante los siglos XVIII y XIX. Estos son solo algunos ejemplos:

  • Smartphones. Todos cuentan con una batería. Y esa batería es esencial para su autonomía y libertad. Estas se basan en el modelo de Volta.

  • Ordenadores portátiles. Similar. Todos cuentan con baterías que nos permiten trabajar o divertirnos allá donde estemos sin tener que recurrir a una toma fija de corriente eléctrica.

  • Mandos a distancia. Las pilas de estos dispositivos son un claro ejemplo. De hecho se asemejan enormemente al modelo inicial de Alessandro Volta.

  • Las baterías de los coches. Cuenten con un motor eléctrico o no, todos cuentan con una batería en su interior que permite el funcionamiento de los diversos sistemas electrónicos de un coche.

Además de su trascendencia en la creación de productos, la invención de la primera pila voltaica permitió ahondar en el estudio de la electricidad, que por aquel entonces seguía siendo un mundo relativamente desconocido y con mucho potencial -nunca mejor dicho– por delante. Es por esto –y por todo lo comentado anteriormente– por lo que Alessandro Volta es, indudablemente, uno de los pilares de la energía eléctrica actual.

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