Encontrar nuevas fuentes de energía es siempre un hecho digno de celebración. Lo más difícil de esta tarea es que sean eficientes y que su fuente original resulte lo más duradera posible. Para ello, cada día, ingenieros de todo el mundo idean técnicas más novedosas. Como esta nueva fuente de energía basada en el efecto Leidenfrost, un proceso que ocurre gracias a la sublimación de materiales como el "hielo seco". El hielo seco no es otra cosa que dióxido de carbono, gas, tan frío que se congela. Cuando este vuelve a una temperatura más "natural", en vez de pasar a estado líquido, se vuelve de nuevo gas, sublimándose. Esto es lo que usa el nuevo método para obtener energía desarrollado por la universidad de Northumbria, en Newcastle. Por desgracia, mantener el hielo seco podría no resultar rentable como fuente de energía aquí en la tierra. Sin embargo, en el espacio, el dióxido de carbono congelado puede encontrarse fácilmente.

Una fuente de energía para Marte

Afrontar retos tales como la colonización de Marte necesitará de todo nuestro arsenal de ingenios. Por ahora, la misión está más en el campo de la ciencia ficción que de la ciencia a secas (a pesar de las expectativas de algunos proyectos). Pero eso no quiere decir que sea imposible. Todo lo contrario, hay que desarrollar nuevos elementos para la colonización. Uno de los mayores problemas al que nos enfrentamos es la fuente de energía. Aunque fuésemos capaces de encontrar energía suficiente para mantener un pequeño asentamiento a base de luz solar, por ejemplo, ésta tiene sus inconvenientes. Y, desde luego, es insuficiente para preparar una expedición de vuelta a la Tierra. Pero, ¿y si usamos otro "combustible" que es, supuestamente, muy abundante en la superficie marciana? Por supuesto, El hielo seco es muy abundante, fácil de transportar, almacenar y manejaresta nueva fuente basada en el efecto Leidenfrost no tiene la misma eficiencia que otros diseños basados en combustibles tradicionales.

Pero, en primer lugar, se puede mejorar y el vapor a gran presión de la capa que se produce por el hielo seco es altamente energética. En segundo lugar, la cantidad de hielo seco que se puede encontrar en el planeta rojo es enorme. Y fácil de transportar, almacenar y manejar, lo que puede dar soluciones ante este problema. Además, esta fuente de energía basada en el efecto Leidenfrost podría servir para alimentar de forma común un asentamiento, sus medios de transporte y promover la extensión del mismo. Al fin y al cabo, hablamos de un "combustible" más (no en el sentido estricto), que creemos que es muy abundante. Sería tan sencillo como echar unos litros de dióxido de carbono congelado a nuestro supuesto "motor Leidenfrost" para viajar por Marte y pararnos a recoger más hielo seco en cualquier sima que encontráramos, sin que el "punto de no retorno" se convirtiese en un evento catastrófico.

Así usamos el efecto Leidenfrost

El efecto Leidenfrost ocurre de manera natural cuando un líquido toca una superficie a más temperatura que la necesaria para alcanzar su punto de ebullición. Esto provoca que se genere una capa de gas entre el líquido y la superficie de manera que no se produce casi fricción entre ambas. El efecto Leidenfrost puede verse fácilmente cuando las gotas de agua recorren, por ejemplo, la superficie de una sartén caliente antes de evaporarse por completo. Por supuesto, con materiales como el dióxido de carbono, esto ocurre a temperaturas relativamente frías. El diseño de este motor Leidenfrost es la primera aplicación conocida de este efecto a la obtención de energía. Y es tremendamente ingenioso. Utiliza el vapor a alta presión para hacer girar el motor sin apenas fricción. Aunque todavía está en desarrollo, el prototipo básico funciona y si existe interés por parte de la industria cosmonáutica, en breve podríamos ver un auténtico motor Leidenfrost funcionando como prueba de concepto en algún laboratorio de la ISS.

 Leidenfrost
Gota sobre una superficie caliente (efecto Leidenfrost).

Por supuesto, el efecto Leidenfrost no solo ocurre con hielo seco, y podría emplearse otro material para hacer funcionar un supuesto motor Leidenfrost. Además, la modelización de este motor podría tener otras aplicaciones ya que explota el efecto utilizando una turbina altamente especializada. Este rotor es en sí un diseño muy interesante y que podría tener nuevas aplicaciones, independientemente de sus posibilidades como fuente de energía. Algunas de dichas aplicaciones no tendrían por que tener lugar en el espacio, sino aquí en la tierra. Así lo esperan sus diseñadores, que ven el hallazgo con una mente muy positiva y varias ideas en la cabeza. Mientras tanto, es bueno saber que cada vez contamos con más herramientas para sobrevivir en ambientes extremos, ya sea en Marte o, por qué no, incluso en nuestro propio planeta.

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