Ejemplo de cómo no poner una firma

La firma en una fotografía representa mucho más que unas simples letras. Se trata de nuestro sello de identidad, la marca que cualquier persona asignará automáticamente a nuestra figura, y por lo tanto, a nuestras fotos.

Pensad por un momento en las grandes marcas. Sony, Nikon o Apple no eligieron al azar ni los logos, ni la tipografía empleada para representar a su empresa. Algo tan simple como eso termina representando toda la filosofía desarrollada en el interior de su campo.

Con la fotografía creo que puede ocurrir algo así. Cuando utilizamos nuestra firma estamos tratando de que se nos reconozca, y de que se asocien esas letras o iconos con un estilo concreto de tomar imágenes, el nuestro.

La firma en una fotografía no es una herramienta para evitar que se copie nuestra obra, eso es una marca de agua. Tampoco vale la pena obsesionarse con eso, si alguien quiere emplear una imagen ilegalmente, en la mayoría de casos, va a encontrar la forma de hacerlo, y nosotros de denunciarlo. No se debe aumentar el tamaño o cambiar las condiciones de la firma pensando en ello.

Por lo tanto, vamos a repasar una serie de puntos que se deberían tener en cuenta para que una imagen sirva también como escaparate de nuestra marca personal.

Posición

Una firma demasiado pegada a la esquina
Una firma demasiado pegada a la esquina

Las posiciones elegidas suelen ser las esquinas superiores o inferiores del marco que compone la fotografía. Pero no deben estar totalmente pegadas, sino unos centímetros alejada de los bordes. Se trata de un margen para dar un poco de aire a nuestra firma y que no parezca estar totalmente desintegrada de la instantánea.

Incluir la firma en una zona inadecuada puede provocar que se desvíe totalmente la atención de lo que realmente importa: la fotografía.

Opacidad

Casi ni se aprecia el logo de Hipertextual
Casi ni se aprecia el logo de Hipertextual

Al igual que en el punto anterior, debe parecer que la firma está integrada y que no se desvíe la atención de la obra principal. Por ello, debemos jugar con la opacidad de ésta hasta conseguir que no destaque sobre lo demás, pero que tampoco deje de ser visible.

Los valores dependerán del fondo sobre el que se sitúe y el color de nuestra marca, pero por lo general, se suele emplear entre un 70% y 80% de opacidad.

Tamaño

El logo le quita protagonismo al objeto de la imagen
El logo le quita protagonismo al objeto de la imagen

Creo que es uno de los principales errores a la hora de colocar una firma. En ocasiones vemos algunas marcas que tienen un tamaño excesivo, que incluso provocan ver la imagen con comodidad. Por otro lado, también están aquellas firmas que son demasiado minúsculas, y que es incluso dificultoso leer lo que pone en su interior.

Lo ideal es que, tras ver la fotografía, sea el espectador la persona que se dé cuenta de nuestra firma. No existe un tamaño predeterminado, ya que todo dependerá de las densidades de la instantánea.

Fuente

Esa es la fuente que utilizaría tu cuñado
Esa es la fuente que utilizaría tu cuñado

La fuente debe representar la filosofía de nuestro estilo. La mayoría de personas suelen elegir las de tipo caligráficas, las cuales en ocasiones son incluso difíciles de leer. Supongo que su popularidad está provocada debido a que se parecen a una firma realizada a mano. Opino que en ocasiones debemos distanciarnos de lo común para crear un estilo que nos caracterice, porque de lo contrario nuestra firma será una más.

Supongo que este punto es algo más personal, pero creo que tampoco deberíamos descartar utilizar una fuente Sans serif o Romana. Lo principal es que, al mismo tiempo resulte ser legible y atractiva.

¿Cuándo ponerla?

Nadie te robaría esta foto
Nadie te robaría esta foto

En muchas ocasiones he comprobado cómo simples fotos subidas a Instagram o Facebook ya llevan la firma del autor. Tampoco sería una opción a criticar si realmente se tratasen de instantáneas para nuestro portfolio, pero la mayoría de esas imágenes no suelen merecer una firma.

No deberíamos poner firma a todas nuestras fotos que subimos en la red. Además de ser algo que causa mala imagen, directamente también estamos perjudicándonos a nosotros mismos como autores. Todas las obras que marcamos nos representan, y si lo hacemos con todas las creaciones, obviamente algunas dejarán mucho que desear.

Según mi punto de vista, lo ideal sería hacer una selección de las imágenes que realmente estamos orgullosos, aquellas que deseamos que se asignen automáticamente con nosotros, y por las que queremos ser reconocidos.

También se puede optar por no poner firma, la mayoría de redes sociales ya poseen las herramientas necesarias para que se asigne una imagen con el autor de ésta. Si alguien está interesado por nuestro trabajo nos va a encontrar, lo único que debemos hacer es mostrar lo mejor de nuestras habilidades como fotógrafos.

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