La colonización de Marte todavía sigue siendo más especulación que ciencia. Aunque cada día parece que el sueño está más cerca. Así lo creen los candidatos, cada vez menos, seleccionados por la misión privada Mars One. Éste difícil proyecto, liderado por Bas Lansdorp, va centrando su mirada en los posibles candidatos para la conquista del planeta rojo. De los 200.000 voluntarios iniciales, solo quedan algunos centenares entre los que se encuentran un médico de Mozambique, una estadounidense de origen iraquí y un estudiante inglés. Los tres han sido retratados por la empresa Stateless Media en un pequeño corto titulado "Si muero en Marte". El corto encara a los candidatos preguntándoles cosas tan íntimas como "qué piensas sabiendo que en Marte nunca podrás tener sexo" o "por qué quieres morir allí", lo que nos permite conocer de primera mano la visión de alguien que ha decidido, por voluntad propia, emprender una aventura sin retorno.

Un viaje suicida

Como comentábamos, la misión privada Mars One decidió convertir la operación en un proyecto con una cara mediática. La especie de "reality" en el que se ha convertido le dio la oportunidad a 200.000 voluntarios de participar en un proceso de selección que está durando años. A día de hoy solo unos pocos cientos permanecen en el proceso de selección. Estos voluntarios proceden de todas las partes del mundo y así han querido mostrarlo en el corto anterior. Estos candidatos son conscientes de que, suponiendo que la misión finalmente Los candidatos son conscientes de que el supuesto viaje les conduciría a la muerte en Martepueda llevarse a cabo, y si son seleccionados, emprenderán un viaje sin retorno para establecer una colonia permanente en Marte.

Esto quiere decir que no podrán volver, una de las premisas básicas de la Mars One, cuyo objetivo es abaratar costes sin permitir la vuelta de sus primeros colonos. Esto supone una planteamiento complejo. Cualquiera que acepte semejante carga, si realmente pudiese participar en tamaña tarea, sabría de antemano que se dirige a una muerte segura en el planeta Rojo, alejado de sus seres queridos, de sus lugares preferidos e incluso de todo lo que conoció naturalmente alguna vez. Por ello mismo, aunque es solo una cuestión mediática para proseguir con la publicidad de la misión, el pequeño corto es verdaderamente interesante.

Mars One, ¿ficción o realidad?

La Mars One ha sido fruto de una encarnizada polémica desde su comienzo. Siendo realistas, la misión está actualmente más cerca de la ciencia ficción que de la ciencia. Eso no quiere decir que no se pueda llevar a cabo la colonización. Pero actualmente la técnica y las posibilidades de alcanzar con éxito la superficie del planeta rojo y establecer allí una colonia permanente son, sencillamente, imposibles. Al menos en la cronología propuesta por la misión. Eso no ha sido ningún impedimento para que el equipo organizador haya dispuesto un llamativo programa cuyo despliegue es sencillamente admirable. Y nadie duda de que las intenciones sean serias, a pesar de las duras críticas sobre la mediatización del proyecto.

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El problema principal, según muchos expertos, es que la Mars One vaticina un fracaso que puede resultar trágico. El mismo MIT declaraba el año pasado sobre su desconfianza en la supuesta misión. Varios defectos serios y la necesidad de mejorar dramáticamente algunos aspectos de la tecnología actual fueron señalados muy acertadamente. Uno de los principales problemas, suponiendo que pudieran llegar los voluntarios a Marte, sería la inanición, que podría provocar la muerte de los mismos en poco tiempo. Por su parte las agencias espaciales no quieren meterse en fregados, pero opinan que no hay más que fantasía e Si pudieran llegar seguros a Marte, los voluntarios probablemente morirían de inaniciónintereses económicos. La comunidad científica, a pesar del aval de un premio Nobel como Gerard‘t Hooft, es bastante escéptica al respecto.

No solo por los tiempos estimados para realizar la misión. Ni tampoco por las cuestiones técnicas no resueltas. También está el tema del dinero. La misión estima su coste para el primer lanzamiento en unos 6.000 millones de dólares, aunque actualmente esa cantidad se queda muy por debajo de los costes reales de tamaña empresa. Por último, existen todavía muchísimos puntos de la planificación que todavía no han sido planteados a pesar de que una misión como la de la Mars One requiere de décadas de preparación. Esto coloca a la misión en una incómoda situación más parecida a la ficción que a la realidad. Quién sabe si el futuro deparará nuevas oportunidades para completar la misión satisfactoriamente o sale algo real de la Mars One. Mientras tanto solo tenemos que sentarnos a disfrutar pues el espectáculo está servido.

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