Android Wear no vende prácticamente nada, según informa The Wall Street Journal. En los últimos 6 meses de 2014 tan sólo se han enviado unas 720000 unidades de smartwatches con el sistema de Google, algo muy pobre considerando el apoyo de la compañía de Mountain View y de fabricantes como LG, Samsung, Sony, o Motorola. No parece algo necesariamente ligado a wearables, ya que con mucho menos poder, una empresa como Pebble ha anunciado recientemente haber alcanzado la cifra de 1 millón de unidades vendidas. Incluso la propia Samsung llegó a enviar 800000 unidades de Galaxy Gears en 2 meses en 2013, cuando el mercado era más escéptico.

¿Por qué no acaba de triunfar Android Wear?

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Reconozco que, desde el momento en que Google anunció el SDK de Android Wear comencé a ilusionarme. La idea de tener el futuro en tu muñeca era muy seductora, por lo que mi ilusión se mantuvo intacta e incluso en ascenso conforme iban llegando las noticias, unido al gran hype que provocó a mucha gente el teaser del Moto 360. Finalmente, tras la feria IFA de Berlín pude probarlo y todo el hype anterior quedó enterrado. Creo que mis sensaciones con el producto, reflejan muy bien los motivos por los cuales no vende.

  • Autonomía: Aunque el Moto 360 y modelos posteriores como el LG G Watch R hayan mejorado con actualizaciones de software, la autonomía sigue siendo uno de los grandes problemas a los que se enfrentan no sólo los smartwatches con Android Wear, sino todo el mercado en general. Disponer en muchos casos de incluso menos de un día de batería es algo a lo que mucha gente, y sobre todo en un mercado llamado a sustituir a los relojes tradicionales, no se acostumbra. Y es que si se crean nuevas dependencias, tienen que llegar sin grandes compromisos. Y ojo, parece que el Apple Watch tampoco cumplirá.

  • Madurez: No se le pueden pedir milagros a un producto recién llegado al mercado, pero la sensación que me dejó Android Wear cuando lo probé en el Moto 360 y tras usarlo algunos ratos en otros modelos es de estar a peor nivel de madurez que Android 1.6 Donut en 2009, cuando probé Android por primera vez en una HTC Magic. Muchas ralentizaciones, algún cuelgue esporádico... En general, poco aceptable para ser "dispositivos del futuro"

  • Aplicaciones: En la teoría se vende perfecto. Soñar con el ecosistema de Google y con las aplicaciones de Android en tu muñeca es algo maravilloso, pero en la práctica, un smartwatch con Android Wear sirve para muy poco, ya que no sólo la cantidad de aplicaciones es baja, sino que su calidad también deja mucho que desear. En la mayoría de casos, las aplicaciones no tienen una versión completa y autónoma, actuando sólo como una manera de responder a notificaciones, sin poder acceder a toda la información. Para quien lo viviera, Android Wear se siente en este sentido tan vacío como cuando Google lanzó Honeycomb. Un desierto. Y para colmo, lanzar aplicaciones sigue sin ser algo intuitivo, teniendo que recurrir a launchers de terceros.

  • Utilidad: Enlazando con el punto anterior, hay que hablar sobre los usos de un Android Wear. Puede sonar bonito ver tarjetas de Google Now (servicio que no uso por el consumo de batería) en nuestra muñeca, así como manejar los controles de la música, pero poco más. Incluso usándolo en algo para lo que fue concebido, Android Wear no responde. Es algo que vemos en Whatsapp o en Gmail. Tratar de dictar un texto largo es un proceso imposible de completar, por no hablar de carente posibilidad de introducir signos de puntuación. Si puedo dictar bien con mi Android o iPhone, ¿por qué no en Android Wear, pensado para ello?

  • Precio: Aunque yo no considero que 200€ sea un mal precio para un buen smartwatch, sí creo que es algo elevado para el único mercado al que se orienta Android Wear, que es el de Android. Teniendo en cuenta que el precio medio de venta de smartphones con ese sistema es de 254$ por dispositivo, pagar 200 por un reloj será prácticamente un lujo para muchos mercados.

En general, lo resumiría en que Android Wear no aporta valora añadido, y no por la forma en que Google lo concibió, sino por cómo funciona en la práctica. Desembolsar 200€ en un smartwatch tan verde no es algo que mucha gente quiera hacer, y de hecho, apostaría a que la mayoría de los que se han vendido han sido regalados o incluidos en packs, como cuando LG lanzó el G3 junto al G Watch.

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