Dice el refrán que “de opíparas cenas están las sepulturas llenas”, y ningún otro fabricante se acerca al festín de crecimiento de ventas de bq en el último lustro. bq es una de las pocas tecnológicas en España con éxito en los últimos años. Ha resistido de pie a esta etapa de desastre económico generalizado, y no sólo eso, sino que como decía, ha salido fortalecida. Desde 2010 ha multiplicado por 52 su facturación. De la junior-empresa de 2006 con la que comenzaba su historia no queda ni rastro si miramos su dimensión y sus números.

Mientras bq hacía su camino empleando a casi 1.000 personas, medios especializados y usuarios intensivos castigábamos su producto como si no fuera válido de sobra para el consumidor medio.A finales de 2014, bq es una marca asentada de sobra en España. Ha vendido más de 400.000 smartphones (y subiendo) en un país de 47 millones de habitantes (y bajando) y son una de las primeras opciones que se vienen a la cabeza cuando el amigo / primo / suegro / cuñado de turno nos pregunta por un móvil recomendable que no sea muy caro, que la crisis ya tal.

Desde hace unas semanas, bq se ha librado de dos estigmas que los usuarios intensivos demandábamos con nula flexibilidad e incluso algo de crueldad: un procesador Qualcomm y un chip LTE que da nombre a su último smartphone, el Aquaris E5 4G. La misma nula flexibilidad que muchos, empezando por quien escribe estas líneas, ha aplicado al mantra “diseñado en España” con una réplica instantánea: “sí, pero fabricado en China”. Como si Apple y Samsung fabricaran en San José o en Seúl.

La misma nula flexibilidad que medios especializados y usuarios intensivos hemos aplicado a una empresa que en cinco años ha pasado a dar empleo a casi 1.000 personas por el hecho de pensar que el consumidor medio somos nosotros. Y qué suerte que no es así. Encerrados en nuestro ”no Qualcomm, no party” hemos vivido de espaldas a que al consumidor medio, el de verdad, le importa un bledo si el chip que lleva su smartphone es Qualcomm, Mediatek o CuñadoSoC, lo único que le preocupa es que le funcione bien para su patrón de uso sin tener que vender las joyas de la abuela para pagarse un móvil.

Y ese es el público al que va dirigido bq.

Bq-Aquaris-E5-FHD-cámara

Paralelamente, bq ha conseguido hasta su nicho de fans. Son los que les recomiendan como primera opción, los que saben que a su bq lo sustituirá otro bq y los que sienten los colores de la marca como los de su equipo de fútbol. Que con los móviles es algo habitual, pero no lo es con marcas tan pequeñas (sólo 1.000 empleados y presencia testimonial fuera de España, recuerden), lo cual lejos de achacarse a un patriotismo que no da para tanto en nuestro país, sólo acrecienta su leyenda. Sencillamente, están encantados con la actual bq.

Mientras tanto, está naciendo una facción inconformista en la que confluyen los que otrora renegaban del ADN que se le presuponía a bq y los que han creído en la marca pero opinan que es momento de dar un paso más allá. Son los que por un lado piensan que hace falta diferenciarse mediante otros diseños, que aunque con la llegada de los Aquaris E ya se dejó atrás la época de carcasas genéricas para dar paso a diseños propios, es necesario que llegue una apuesta seria en diseño de hardware también a nivel estético. Ningún problema con el E5 4G, pero su porte es a la vez esbelto y pesado, como el de un flamenco de cerámica. Uno se pregunta si llegará en algún momento una versión algo más cara (sin llegar a la barrera de los 500 euros que no tiene cabida en el espíritu de bq) con un diseño y unos acabados que entren por la vista y no sólo por el bolsillo.

Diseño-3-bq-Aquaris-E5-FHD1

En el otro lado están los que miran con más preocupación los números a largo plazo y se preguntan si para sostener su estructura de costes, por contenida que sea, no será necesario salir de España y Portugal a corto plazo para vender en muchos más países. Y más ahora con Diana Capital dentro de su accionariado.

Los dos grandes desafíos de bq: un plus en el diseño industrial y salir de España y Portugal con éxito.Así vamos a empezar 2015. Con un dualismo de intenciones. Un instante que tiene mucho que ver con la recta final de la adolescencia: todos los que rodean a bq se preguntan quién es y quién quiere ser bq. Mientras buscan respuesta, bq está en pleno proceso de asaltar Europa desembarcando en Alemania, Francia, Italia, Suiza y Suecia en primera instancia, y en Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Reino Unido y hasta Oriente Medio posteriormente, antes del final de 2016. A América Latina no dudo que también llegará el salto, ya que es un mercado con mucho más potencial que el europeo, ya estabilizado, y bq tiene mucho de idóneo para el contexto económico de allí. Sobre la cuestión del diseño de los terminales, la gran incógnita, tratándose de bq podría ocurrir cualquier cosa.

bq debe madrugar e ir al mercado para que sus comerciales y gente de marketing puedan cocinar a gusto y dar de comer a todas las bocas hambrientas que le pedirán no sólo sustento sino también goce del paladar. Esto es, no sólo móviles asequibles con un desempeño aceptable sino también un aspecto y una imagen de marca que dejen fuera todos los complejos frente a fabricantes AAA+. Es eso o bien vivir del regusto del pasado e, inevitablemente, adelgazar.

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