Re/code

Hace ahora seis meses conocimos la llegada inminente de un enigmático nuevo terminal al mercado. Con origen en Asia pero disponibilidad global, un muchacho nuevo en la ciudad llamado "OnePlus" prometía que iba a lanzar un smartphone espectacular, con especificaciones high-end a precio de derribo. Una especie de Nexus, sin ser Nexus. De hecho, con un partner que le hizo cosechar aún más atención: Cyanogen. OnePlus comenzó ahí su verdadera andadura: con su manejo inicial de las expectativas.

Decirle al mercado "te voy a dar algo increíble" es un arma de doble filo. Logras tener una atención con una inversión en marketing mínima, consigues alinearte con los medios especializados que pueden ser tus mejores aliados y en definitiva logras que se hable de ti. Y sin pagar por ello.

Los problemas de OnePlus derivaron de su escasa capacidad de producción, lo cual llevaba a incumplir sus propias promesas.El 23 de abril, OnePlus hizo oficial su One. Era lo que prometía: especificaciones de gama alta por 350 dólares es una verdadera ganga. Tendría algunas carencias, seguro, pero a ese precio parecía una buena apuesta. Los problemas empezaron pronto.

Primero supimos que no todos los modelos iban a estar disponibles desde el inicio. Bueno, vale, en algunas marcas pasa y con una pequeña startup que estaba demostrando tan buenas intenciones no sería justo ensañarnos. Después ya vino algo peor: resulta que lo de las invitaciones iba a perdurar en el tiempo, y los plazos que prometían para la compra directa se iban agotando sin que nada cambiara.

Se decía que en junio sería fácil poder comprarlo sin tener que conseguir una invitación cuya dificultad me recordaba por momentos al Turboman que quería Schwarzenegger en Un padre en apuros. Pero esto era la vida real. Primeros enfados.

Manejar las expectativas de una forma tan arriesgada les ha hecho llegar así al día de hoy.Mientras tanto, las primeras reviews hablaban de un terminal bastante bueno y satisfactorio. No era perfecto, pero no había decepciones. La estrategia de OnePlus, a falta de poder invertir millones en marketing, era la de crear una comunidad muy fuerte, tanto de desarrolladores como de consumidores, y cierto sentimiento de pertenencia a un selecto club. El de poseedores de un OnePlus One. El tiro les salió por la culata.

La comunidad más grande creada en torno a él fue la de los no-poseedores. La de los que lo querían y se cansaron de esperar. La causa: OnePlus no estaba lista para garantizar una capacidad de producción adecuada a la demanda que tenía ni por asomo. Y las soluciones que fueron llegando fueron peores, una tras otra.

355521-oneplus-one

De lograr invitaciones para poder comprar su smartphone (pelearse por una invitación para poder comprar algo, sí) se pasó a hacer concursos para lograr... invitaciones. "Envía tu mejor foto del verano y podrás ganar una invitación para comprar un OnePlus One". Insisto: no dudo de las buenas intenciones de OnePlus, pero la realidad les sobrepasó. Y ahí es donde juega en contra el manejo de las expectativas que manejaron desde un principio. Incluso crearon otra promoción para entregar el terminal a quien destrozara su smartphone actual (entre los de una lista, todos más caros que el OnePlus One) y lo grabara en vídeo.

Un parche tras otro para seguir en el mismo estado seis meses después.Donde sí sobrepasaron definitivamente los límites fue cuando lanzaron una promoción sólo para chicas ("Ladies first"). Internet se encargó de poner el grito en el cielo hasta que la cancelaron. Otro ejemplo más de cómo no eran capaces de manejar una situación para la que no estaban preparados. Al poco, uno de sus atractivos, el lanzamiento de carcasas StyleSwap, fue cancelado sin más.

Ahora mismo el estado actual de OnePlus One es que en octubre, seis meses después de su lanzamiento oficial y siete desde su semi-anuncio, comenzará un programa de reservas. Veremos entonces cómo evoluciona.Ahora mismo al precio que cuesta o un poco más existen alternativas de marcas más conocidas, con un soporte en nuestro propio país y, desde luego, con un historial que por matices que tenga siempre va a ser mejor que el de una startup que no ha podido cumplir sus propias promesas y que ha dejado a bastantes más usuarios descontentos que a clientes satisfechos.

Una lección de cómo no poner en alerta al mercado y no asegurarse una cierta capacidad de producción. Insisto: no dudo de sus buenas intenciones, pero jugar a ser realmente grandes siendo muy pequeños es muy peligroso. Te puedes acabar viendo completamente sobrepasado.

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: