Una de las novedades en el reglamento para la Fórmula 1 de 2014 fue el cambio total de mecánicas, adoptando propulsores V6 Turbo y con un compendio tecnológico que nunca habíamos visto en la competición reina. El objetivo es poder trasladar todos los avances fruto del cambio normativo a los vehículos de calle, como ya ha pasado con los frenos de disco, por ejemplo. Pese a haberle quitado mucha espectacularidad hay que reconocer que los coches que llegarán en los próximos años incorporarán soluciones más que novedosas, y un ejemplo es el turbo eléctrico.

¿Qué ventajas tiene un turbo eléctrico frente a otro convencional?

En la era de los coches híbridos, eléctricos, enchufables... los fabricantes tienen que seguir evolucionando sus propulsores convencionales, es pronto para el cambio, y aún queda mucho por investigar antes de la llegada definitiva de la movilidad eléctrica.

El turbo eléctrico soluciona uno de los mayores problemas de las mecánicas turbo: el lag, o ese periodo de tiempo que transcurre desde que se pisa el acelerador hasta que el aumento de presión es efectivo. La tecnología tiene como misión solucionar este espacio de tiempo, que en algunos modelos suele ser demasiado amplio.

turbo eléctrico

Mecánicamente, el turbo eléctrico incorporará un motor eléctrico situado entre las dos turbinas del turbo para que la generación de presión sea inmediata. Una de las ventajas de los vehículos eléctricos es que su potencia está disponible desde el comienzo y el objetivo es trasladar ese concepto a los turbos para que sean mucho más eficientes y rápidos de cara al conductor.

El turbo eléctrico es el paso previo a la electrificación masiva de esta industria.

Para alimentar este pequeño motor eléctrico, la energía que se usa en la Fórmula 1 proviene de la regeneración de energía en la frenada y de un novedoso sistema que permite a la primera turbina del turbo aprovechar parte de los gases de escape. En los automóviles todo parece apuntar a que será suficiente con la regeneración de la energía de la frenada y un evolucionado sistema de alimentación y almacenaje de energía.

Además, la generación propia de los motores eléctricos de par casi inmediato se trasladaría directamente a los modelos que usen el turbo eléctrico. Disponer de más par a bajas revoluciones en modelos pequeños significará que los consumos se reducirán todavía más, y esto en plena guerra por el downsizing es un tremendo avance.

¿Qué necesita el coche convencional para incorporar un turbo eléctrico?

turbo eléctrico

Como podrás imaginar, el turbo eléctrico significará un aumento considerable de la demanda de energía de un vehículo. Las actuales instalaciones eléctricas trabajan a 12 Voltios y los primeros fabricantes en presentar este tipo de tecnología han actualizado sus vehículos para trabajar a 48 Voltios.

Además, las baterías tienen que tener mucha mayor capacidad, y las baterías de litio son todavía demasiado caras, aunque Ford y Samsung ya están trabajando en ellas, pero todo apunta a que no veremos esta tecnología en los modelos de acceso durante al menos cinco años para no encarecerlos demasiado.

El sistema Start&Stop que ya incluyen casi todos los nuevos modelos de producción hace uso de un sistema de regeneración de energía de la frenada para poder estar más tiempo con el motor apagado, incluso hay modelos que se denominan microhíbridos y que extienden ese tiempo un poco más gracias al uso de condensadores y baterías de gran capacidad. En el caso de un modelo con un turbo eléctrico estas necesidades se multiplican.

¿Lo veremos pronto? Sí, en modelos deportivos de representación, en aquellos vehículos que las marcas consideren que deben ser sinónimo de tecnología, de evolución, de prestaciones y además, de consumo y de carácter ecológico, pero tengan un apunte claro, es otro paso previo a la electrificación masiva del sector de la automoción.

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