Era de esperarse: la Confederación del Taxi de España (CTE) ha confirmado que harán movilizaciones nacionales para protestar por el establecimiento de Uber en España a menos que se tomen medidas por parte del gobierno en contra de la empresa.

Como explicábamos días atrás en los problemas de Uber en España, la compañía técnicamente opera en el país de manera ilegal pues la normativa actual impide que una persona cobre por transportar a otro a menos que se trate de compartir gastos, una medida que es producto de legislar para proteger los intereses particulares del gremio taxista y no para beneficiar al consumidor o para generar mejores condiciones de competencia para quienes conducen los taxis.

Para entender esto último hay que recordar cómo se abusa del taxista a pie de calle: entre 80 y 200 mil euros por una licencia de operación, permisos de conducción especial, con toda la red de abusos que hay alrededor del proceso para obtenerla (autoescuelas, DGT), homologación del vehículo para después tener que pagar de mil a tres mil euros por un taxímetro y hasta cinco mil euros por obtener un dispositivo para ser parte de una red de radiotaxis. ¿Por qué? El gremio autoriza la venta a unos pocos, los cual limita considerablemente las opciones generando un oligopolio dentro de la industria taxista.

El resultado es un círculo vicioso que mantiene "prisionero" al taxista que necesita recuperar su inversión y obviamente termina viendo con malos ojos la desregulación. Por otro lado tenemos a las cabecillas del gremio intentando mantener el control a toda costa porque es muy fácil acomodarse cuando el dinero cae constantemente sobre tus piernas. Para colmo, la industria del taxi ya viene sufriendo desde hace algunos años debido a que las ciudades más grandes del país tienen una especie de sobre-población de taxis producto de pasadas épocas de opulencia en España y ahora, con la crisis, cuesta muchísimo más competir.

Uber y otros servicios similares vienen a romper ese círculo vicioso por medio de innovación tecnológica. A lo largo de la historia cualquier servicio disruptor con éxito en el mercado termina generando fastidios, rechazo y resistencia por aquellos que estaban acomodados en el statu quo. Es inevitable. Aunque en un principio puede ser molesto, las ventajas de la adopción de estos modelos son tan grandes, tanto para conductores como para clientes, que su popularización llegará más temprano que tarde.

También genera una nueva oportunidad de trabajo a miles de personas, tanto taxistas como aquellos que buscan nuevos ingresos. Lyft es uno de los pioneros en este campo, operando en San Francisco y UberPop (el servicio que ha llegado a Barcelona) fue creado por la compañía para competir y para entrar a mercados nuevos sin el overhead que representa su servicio premium de limosinas. Es por eso que el gremio taxista miente y manipula cuando dicen que «se amenazan 100 mil empleos».

A la industria del taxi en España le urge competencia. Por motivos irrelevantes a este artículo durante más de un año usé taxis prácticamente todos los días (particularmente en Madrid, pero también en Barcelona o Málaga) y resultaba indignante la frecuencia con la cual era receptor de un pésimo servicio como cliente: malos tratos, abusos, situaciones incómodas y momentos de stress. Es tan habitual que el maltrato por parte del taxista es socialmente aceptado. Ahora que tengo mi propio coche me toca seguir sufriéndolos: cambios de carril constantes en último momento sin señalizar, agresiones y hasta momentos de peligro gracias a sus imprudencias. Lo hacen porque saben que si quieres un taxi, no te queda de otra. Y como en muchísimos otros países, cuando eres extranjero, eres propenso a más abusos, que han quedado muy bien documentados.

Más competencia equivale a una transformación positiva forzada porque hay que seguir atrayendo clientes. La industria del taxi tiene que encontrar formas de ofrecer ventajas frente a otros servicios que son más baratos pero que tal vez no ofreces las mismas comodidades. Tienen que encontrar maneras de ofrecer un servicio al cliente inmensamente superior al actual. Tienen que buscar maneras de ofrecer precios más competitivos y de, al menos, igual las comodidades desde el punto de vista de la tecnología. MyTaxi y Hailo son los primeros pasos en este sentido, y en su momento ayudaron bastante a mejorar mi experiencia usando taxis, pero hay mucho más camino que recorrer.

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