La vulneración de nuestra seguridad y derechos fundamentales no cesa. Cuando parecía que la avalancha de informes sobre el caso Snowden y los ataques de la NSA a la privacidad de la ciudadanía habían terminado, una nueva noticia sacude de nuevo la privacidad de los usuarios.
El espionaje británico, en colaboración con la NSA, interceptó imágenes a través de la webcam de 1,8 millones de usuarios de Yahoo! en tan solo seis meses, tal y como publica The Guardian. Los documentos secretos hechos públicos dan a conocer el proyecto Optic Nerve.
El programa Optic Nerve tuvo una duración de 4 años
Esta iniciativa, que poco o nada tiene ver con la protección de la seguridad de los respectivos países, interceptó imágenes de la webcam de cerca de 2 millones de usuarios, sin que hubiera ninguna sospecha sobre ellos. La información, tal y como desvela The Guardian, fue recogida en masa, y dentro del material interceptado se incluyen fotografías sexualmente explícitas de los usuarios.
Los informes sobre el proyecto Optic Nerve abarcan un período de tiempo de dos años (de 2008 a 2010), por lo que podrían haber sido millones de personas más espiadas por la NSA y el GCHQ, la agencia de seguridad de Reino Unido. Esta es solo una muestra más de cómo se ha violado totalmente la privacidad de los usuarios, ya que la información y las imágenes han sido interceptadas sin ningún tipo de escrúpulos.
La reacción de Yahoo! no se ha hecho esperar, quien según The Guardian, ha mostrado su enfado con las autoridades británicas y norteamericanas, negando que conociera previamente el programa de espionaje Optic Nerve. La actividad de estas dos agencias, según Yahoo!, es una muestra intolerable de la violación de la privacidad de los usuarios de la compañía.
Aunque los documentos que revelan este nuevo caso de espionaje solo cubren de 2008 a 2010, lo cierto es que Optic Nerve duró hasta 2012, siempre según las informaciones filtradas. Este nuevo caso nos muestra la cruda realidad en la que vivimos, como bien reflejó George Orwell en su libro 1984. La realidad, una vez más, parece superar a la ficción.