Google Chrome

Una de las características que siempre me han parecido más interesantes en navegadores como Google Chrome o Firefox es la posibilidad de personalizarlos. Google Chrome nos ofrece un amplio catálogo de extensiones a través de la Chrome Web Store (su repositorio oficial); sin embargo, también abría la puerta a que los usuarios instalásemos por nuestra cuenta otras extensiones (con los riesgos que ello trae consigo). Parece que estas dos vías se van a quedar en una ya que Google ha anunciado que, a partir de enero de 2014, no se podrán instalar en Windows extensiones que no vengan de la Chrome Web Store.

Gracias a las extensiones que podemos encontrar en la Chrome Web Store, uno puede personalizar Google Chrome y adaptarlo para que nuestra experiencia de navegación sea mucho más agradable y cómoda. Una característica que nos permite añadir funcionalidades adicionales o mantener accesible la información que consideramos importante.

Cuando buscábamos extensiones en la Chrome Web Store, uno podía encontrar recursos muy útiles pero también podía encontrar recursos potencialmente peligrosos. ¿Potencialmente peligrosos? Pues sí, aunque pueda sonar exagerado, la realidad es que podíamos encontrar extensiones que se inmiscuían demasiado en los datos de nuestro navegador (y requerían permisos excesivos para las funcionalidades que ofrecían).

Parece que Google ha decidido ser algo menos laxa con las extensiones que se publican en la Chrome Web Store y ha incrementado los niveles de seguridad para evitar el malware; una medida que ha decidido extender para que no exista otra vía por la que entre malware y por ello ha decido eliminar la posibilidad de instalar extensiones por nuestra cuenta.

La medida solamente afectará a sistemas Windows y entrará en vigor en enero de 2014, eso sí, para las versiones estables de Chrome. ¿Por qué solamente en Windows? Según ha comentado Google (y no le falta razón), la medida es consecuencia de aplicaciones de escritorio que, cuando se instalan, instalan extensiones o cambian la página de inicio del navegador del usuario; un hecho que seguro que nos suena habitual y es consecuencia del desconocimiento pero que, evidentemente, tiene consecuencias en la seguridad y privacidad de nuestros datos.

Para evitar este tipo de modificaciones realizadas fuera del navegador, Google Chrome solamente permitirá instalaciones de extensiones desde la Chrome Web Store y, así, malware o aplicaciones de "dudosa honestidad" quedarán fuera de juego.

Google ha mejorado sensiblemente la seguridad de su navegador en los últimos meses y esta medida sigue, precisamente, esta misma senda. Hace meses, Google incluyó en Chrome un módulo que nos avisaba de descargas que podían encerrar malware o instalar extensiones sin nuestro conocimiento y también eliminó las instalaciones silenciosas de extensiones; una serie de medidas que han mejorado sensiblemente la seguridad de los usuarios de Windows.

Obviamente, para mitigar los efectos de esta medida, Google urge a los desarrolladores que mantenían extensiones fuera del "circuito establecido" que se registren en la Chrome Web Store y usen este canal oficial porque, desde enero, será la única vía posible en plataformas Windows.

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