Telefónica está en un proceso de transformación sumamente interesante nunca antes experimentado dentro de la empresa. Después de años de tener una posición privilegiada, al ser monopolio estatal sin competencia alguna, no solo se encuentra haciendo esfuerzos importantísimos para captar clientes, también está en la mitad de un proceso de cambio total en cuanto a telecomunicaciones se refiere: España requiere de mayores velocidades de conexión en casa, Latinoamérica despierta hacia el internet por medio de dispositivos móviles (no por ordenadores en casa) y ahora Google, Apple, Microsoft, BlackBerry y otras empresas tecnológicas son competidores directos ofreciendo valor a sus clientes más allá de una "tubería de datos".

Es justamente el lugar del cual Telefónica y otras operadoras quieren des-marcarse: ser simplemente un tubo, un caño, una manguera que tiene que crecer y crecer para ofrecer, simplemente, mayores velocidades de conexión a internet o más minutos para hablar. Damos por hecho estar online siempre, damos por hecho que entren llamadas, tener un número de teléfono o poder cambiarnos de operadora cuando se acabe el contrato de permanencia. Es por eso que hoy la competencia es acerca de ofrecer servicios que dan valor agregado al usuario, loscuales ya ingresos multimillonarios:

Ecosistema de aplicaciones móviles como la App Store de Apple o Play Store de Google. Servicios de comunicación gratuitos como WhatsApp, Line, iMessage o Gmail. Redes sociales: Twitter, Facebook, Instagram o Google+. Generación y distribución de contenidos especializados: los nuevos medios.

Casualmente cuatro áreas en las cuales Telefónica no opera o compite, salvo excepciones como Tuenti (sumamente importante en el mercado local español) que obtuvo gracias a adquisiciones. Para hacer más complicada las cosas, las operadoras deben responder a regulaciones que otros jugadores no. Regulaciones necesarias, por supuesto, pero que como muchas otras cosas no terminan de reflejar la realidad de la competencia actual en los ecosistemas móviles.

César Alierta, en su discurso durante el Mobile World Congress, ofreció algunos puntos claves acerca de la posición en la cual Telefónica se encuentra ahora, filosofías que adoptan y hacia dónde quieren ir:

  1. Consideran estar en desventaja en la cadena de valor del mundo digital
  2. Pretenden evolucionar hacia un ecosistema donde las telecos pueden competir en mejores condiciones con otros jugadores
  3. No están en contra de la neutralidad en la red

Aunque estos tres últimos puntos pueden ser rechazados o descartados con el argumento de «ahora que Telefónica no es un monopolio están desesperados por sacar más pasta de cualquier lugar hasta el punto de validar la neutralidad en la red» la realidad es muchísimo más complicada.

Telefónica es una empresa, y por lo tanto necesita hacer dinero. Además es una de las empresas más grandes de España y una de las compañías de telecomunicaciones más importantes del mundo, su salud, nos guste o no, es importante. No estoy diciendo que es deber de la sociedad mantenerla sana, sino que tienen todo el derecho de competir, y de buscar activamente mejores condiciones para competir.

Y ahí es donde yace la importancia real del discurso de Alierta: Telefónica está buscando activamente formas de mejorar, de innovar, de ofrecerle más valor al cliente y a la totalidad de la cadena de valor del mundo digital. Una estrategia nueva, distinta, que vislumbra signos de cambios profundos dentro de la multinacional.

Firefox OS como bandera del cambio frente a la industria y los consumidores

Si necesitamos buscar un símbolo de estos cambios, Firefox OS es la respuesta. Es el primer esfuerzo de la operadora que es más grande que ellos mismos: no les pertenece, ofrecen su desarrollo y comercialización a otras marcas e inclusive a otras operadoras. Es abierto y se está construyendo de tal forma que cualquier día puede abandonar los brazos de la empresa que la está apoyando. Al menos en un inicio, es una estrategia distinta a las adoptadas por Apple, Google, BlackBerry o Microsoft.

El objetivo es lograr que el mercado de gama baja de terminales se popularicen los smartphones y así adentrarse en mercados emergentes que aún están por explotar, con una plataforma que es abierta, que permite que cualquier jugador entre o salga del ecosistema y que simplifica considerablemente el desarrollo de "aplicaciones" que en realidad son más web apps que otra cosa. Algo que es bueno ya que, al menos en teoría, significa que el ecosistema nacerá con miles de aplicaciones desde su lanzamiento.

¿Telefónica pretende volver a tener el control de todas (o la mayoría) de las fases de las telecomunicaciones? No, al menos si consideramos cómo fue su concepción y en dónde se encuentra actualmente Firefox OS. He tenido la oportunidad de charlar en repetidas ocasiones y en diferentes puntos del desarrollo del proyecto tanto con Carlos Domingo (Telefónica I+D) como con Jose María Álvarez Pallete (actual Consejero Delegado de Telefónica) quienes ofrecen un mensaje claro: el interés está en la necesidad de ofrecer más valor al ecosistema de telecomunicaciones para lograr un balance que aporte mejores condiciones de competencia y mayor beneficio al consumidor al tener opciones.

Telefónica no es el único que quiere posicionarse como el tercer ecosistema

Tanto BlackBerry como Microsoft con sus nuevos sistemas operativos, BlackBerry 10 y Windows 8 respectivamente también buscan posicionarse como el tercer ecosistema quitando cierta cuota a iOS y Android quienes significan más del 90% del mercado.

Es una carrera ambiciosa y sumamente peligrosa porque, aunque hay muchas ventajas de cara al consumidor en la llegada de más y mejor competencia, el fabricante que gane la batalla del tercero no se verá demasiado beneficiado a menos que logre captar cierto tipo de mercado. Las proyecciones y predicciones que hace cada una de las marcas es interesante, pero todavía no hemos visto acciones determinantes que "muevan el árbol" lo suficiente como para convertirse en una amenaza para otros.

La pregunta recae en si el enfoque de mercados emergentes será suficiente para que Firefox OS gane la carrera y en caso de hacerlo saber cuál será la reacción de competidores directos que también usan a Telefónica para comercializar sus terminales.

¿Juez y parte?

No podemos ignorar el mensaje de César Alierta

¿Es justo que Telefónica sea juez y parte? Que ofrezca la conexión a internet y ofrezca el sistema operativo sobre el cual nos conectamos? Es natural decir que no, pero entendiendo los objetivos y naturaleza de Firefox OS no es, necesariamente, el caso. De todas formas tan solo la existencia de un debate, las posibilidades del nacimiento de un sistema operativo basado en HTML5 con un soporte tan amplio en apenas un año es un logro bastante respetable que no debe ser tomado a la ligera.

En España, especialmente, decir o escribir cosas buenas de Telefónica aún llega a ser mal visto por un amplio sector de la sociedad y de la opinión pública, de hecho la gran mayoría de los argumentos están cargados de mucha razón. Pero no podemos negar o ignorar el mensaje general de César Alierta durante el Mobile World Congress 2013, las primeras muestras de cambio y la posibilidad de ver a una mejor Telefónica en pocos años.

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