El Mozilla Festival del pasado fin de semana no tuvo entre sus protagonistas a Firefox OS, el sistema operativo móvil basado en la web del que ya habló mi compañero Alan Lazalde hace un par de meses. Sin embargo, sí que permitieron probarlo en varios dispositivos. Y ahora os puedo contar mis primeras impresiones y opinión sobre él.

Los dispositivos donde se podía probar Firefox OS eran el Samsung Galaxy S II, un Nexus S, un LG Optimus L3, y una tablet que dificultaba la experiencia por no contar con ningún botón de inicio o de retroceso. Y el sistema operativo de Mozilla aún no está implementado para sobrevivir sin él, por lo que fue quizás el terminal más tedioso, junto al insatisfactorio rendimiento del Optimus. Fue en los otros dos smartphones, el Galaxy S II y el Nexus S, donde mejor pude apreciar y manejar este nuevo sistema con el que Mozilla quiere abrir una tercera vía, más allá de sistemas abiertos o sistemas cerrados.

Lo primero que me llamó la atención fue que la interfaz es bastante semejante a Android, sobre todo por la disposición de los iconos y las pantallas de inicio o de aplicaciones. Nada que no pudiera percibirse en cualquiera de los vídeos demostrativos que corren por internet. Tampoco busca Mozilla desbancar a Jelly Bean, iOS 6 o Windows Phone 8 y sus live tiles de entre los más vistosos y con un diseño más original. La filosofía de Mozilla pasa por crear un sistema abierto, que haga frente a la fragmentación de aplicaciones escritas en un código concreto para una plataforma concreta. Con el uso de aplicaciones web, se democratiza y allana totalmente el uso de éstas para cualquier dispositivo. Y ése es el camino emprendido por Firefox OS, sistema basado en la web, el orgullo y la razón de ser de la compañía con sede en Mountain View.

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Una oportunidad, y un peligro a la vez. Me explico: cuando llevaba un rato probándolo, uno de los desarrolladores del stand me pidió feedback, que le transmitiera mi experiencia con él. Era evidente que el sistema seguía en fase alfa aunque estuviese catalogado como beta (en Mozilla no existen las fases alfa). Aunque se podían abrir y usar casi todas las aplicaciones, las transiciones eran lentas, a veces había que dejar pasar algunos segundos entre el cierre de una aplicación y poder abrir otra, o algunas de ellas se mostraban incorrectas (ocupaban un trozo de la pantalla o no eran totalmente utilizables). Sin embargo, en el Nexus S fue donde mejor respondía el sistema casi al completo.

Aún no está ni en sus inicios oficiales, y empezar siempre es duro. Pero le auguro futuro a Firefox OS. No como un sistema mayoritario, y seguramente ni siquiera superará los números de Windows Phone, y mucho menos los de iOS o Android. Pero no es su intención (o no debería serlo, para ser realistas). Firefox OS tiene un público objetivo muy definido: aquellos que creen firmemente, y con hechos, y no palabras, en el software libre. En las aplicaciones universales, funcionales en varias plataformas que cooperan y no se limitan a competir. Difícilmente conseguirá arrebatar hordas de usuarios de otra plataforma, pero sí tiene como reto concienciar y ser una opción atractiva para cada vez más usuarios que vean concretizadas todas estas ideas en algo tangible y que puede satisfacer sus exigencias.

Firefox OS aún tiene camino por recorrer. Uno de mis miedos con respecto a él es que un motor JavaScript sea capaz de aguantar procesos pesados, es decir, aplicaciones que hagan uso de recursos de sistema elevados. De miembros de Mozilla obtuve dos respuestas. Tanto un quizás tengas razón, como negar la mayor y asegurarme que al ser procesos web, al pasar a segundo plano apenas consumirían recursos. Así y todo, es injusto emitir una valoración hasta que sea lanzado el Open Web Device el terminal creado expresamente para Firefox OS de la mano de Movistar.

La cultura libre tiene una gran oportunidad con la llegada de este sistema, que dependerá del compromiso de los usuarios que tradicionalmente la han defendido a nivel teórico. Unos usuarios que también son tenidos en cuenta para la creación de nuevas herramientas, un ejemplo es cuando el Twitter de Firefox hacía un llamamiento a los usuarios para que fueran ellos quienes enviaran las fotos que podrían seleccionarse por defecto como fondos de pantalla. La horizontalidad de la web, y ahora de las plataformas móviles, sube de nivel con Mozilla. HTML, JavaScript y CSS son sus armas para romper las jaulas de los sistemas operativos actuales (especialmente iOS y Windows Phone, en mucha menor medida Android), que si bien aportan seguridad y estabilidad, suponen una limitación para las posibilidades de usuarios y desarrolladores con ellos.

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