Lo que vemos sobre las imágenes es la última instalación de Wilfried Stoll, la puesta en escena de un quinteto de cuerdas robótico capaz de componer e interpretar melodías por sí mismos. Una propuesta que nos viene a decir que no sólo los seres humanos podemos componer música.

La instalación ha sido posible con la ayuda de la compañía de ingeniería Festo. Un sistema que escribe música después de escuchar a un músico tocar melodías en un xilófono o un teclado MIDI.

Mediante el uso de normas derivadas del juego del matemático John Conway, Game of Life, la computadora es capaz de crear una re-interpretación de la melodía descomponiéndola en diferentes partes para cada instrumento. Luego, la señal procesada se transmite a las cuerdas robóticas.

Según Stoll:

Las acústicas individuales de cada robot están relacionadas entre sí de tal manera que puedan escucharse unos a otros. Esta constante da lugar a nuevas variaciones que difieren del tema original mientras que conserva la esencia de la composición.

Una instalación con el único propósito de demostrar cómo un sistema manual puede ser sustituido por un red de robots autónomos. ¿Pasará el futuro de la música por la puesta a punto de bandas robóticas?

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