Penenberg Ford

El jueves se llegó a un acuerdo en una demanda entre Ford y la familia de Brian Cole, un beisbolista camino a formar parte de los New York Mets, que murió en un accidente involucrando un Ford Explorer, la empresa deberá pagar 131 millones de dólares. Esto tiene todas las características de breaking news, una compañía importante, una persona medianamente conocida, y mucho dinero. Sin embargo, no fue en los medios de Estados Unidos donde se supo en primer lugar, sino en Twitter.

El periodista Adam L. Penenberg de Fast Company, revista que no se dedica especialmente a dar primicias de este tipo, se enteró del veredicto a través de un representante del abogado del caso, ya que anteriormente había investigado numerosos casos involucrando a Ford para su libro Tragic Indifference. Esperó a ver que alguna agencia de noticias o periódico hablara al respecto, para compartir esta noticia con sus casi 3 mil seguidores en Twitter. Al pasar un par de horas, y darse cuenta de que a los medios se les había pasado la noticia, decidió contarla él. Prosiguió a tweittear de a 140 caracteres lo que había sucedido, el contexto, el hecho de que la empresa conoce los defectos del Explorer, y su asombro ante el hecho de que ningún medio estuviera hablando de esto, al día siguiente condensó todo esto en un post en Fast Company.

Unas horas más tarde algunas agencias y medios comenzaron a hablar del tema, pero Penenberg seguía insatisfecho, porque ninguno ahondó en lo que realmente se destacaba de esta noticia.

La mayoría era periodismo del tipo "él dijo, ella dijo": un encabezado (veredicto de 131 millones contra Ford, el hecho de que ambas partes llegaran a un acuerdo antes de que se llegue a los daños punitorios), una cita de el abogado Tab Turner hablando por la familia, y una cita de Ford culpando al conductor. Otras noticias se basaban en que Cole era un prospecto de baseball. Ninguna explicaba cuál era el problema realmente: el Ford Explorer.

En ninguna de las noticias se hizo mención de que de acuerdo a las estadísticas del gobierno, uno de cada 2700 Ford Explorers entre 1990 y 2001 volcaron y mataron al menos a una persona en el auto. Ford finalmente hizo re-ingeniería en el vehículo y los nuevos modelos no cuentan con esta falla de seguridad, pero...como lo dijo Penenberg en uno de sus tweets: "imaginen si 1 en 500 computadoras explotaran al enchufarlas, o si 1 en 500 raquetas de tenis se desintegraran luego de un mes = Retirar del mercado"

Desde TechCrunch se preguntaron si esto se trataba de un caso de periodismo haragán, poco alerta a las primicias, y poco propenso a investigar a fondo luego de conocer un veredicto de este tipo. Para comprender un poco más, entrevistaron a Penenberg, y él reveló algo todavía más preocupante: "Ford es una compañía que asusta". Claro, ¿qué medio querría ponerse en contra de un anunciante del calibre de Ford hablando de sus problemas de seguridad?

Aquí es donde los nuevos medios, veloces y sin filtros como Twitter, evidencian su poder y su efectividad, porque allí una voz de alguien con experiencia y conocimiento en el tema puede hacerse escuchar ante la falta de profundidad en la investigación de los medios tradicionales. En palabras de Penenberg:

En este caso, los medios sociales fueron el vehículo por el cual el periodismo más relevante se destacó, la extraña instancia donde el nombre más confiado en la noticia fue Twitter

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